El Gobierno de Colombia alista un cambio estructural en los servicios públicos que podría tener efectos directos sobre el bolsillo de millones de usuarios. La iniciativa, liderada por el Ministerio de Minas y Energía, busca modificar la manera en que se regulan y cobran los servicios domiciliarios, con énfasis en la reducción de tarifas, la revisión de subsidios y la garantía de un consumo básico de energía para todos los ciudadanos.
Qué cambios se proponen en los servicios públicos
La reforma que prepara el Gobierno plantea una transformación del régimen actual de servicios públicos en Colombia, en particular del sistema energético. Uno de los principales ejes es la reestructuración de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), a la que se le incorporarían representantes de usuarios, trabajadores del sector y un académico experto en ingeniería eléctrica, con el fin de ampliar la participación en las decisiones regulatorias.
La propuesta busca garantizar un consumo básico de energía subsidiado, además de revisar los esquemas actuales de tarifas, que han sido ampliamente criticados por los constantes incrementos. El ministro Edwin Palma afirmó que este es uno de los temas más sensibles para el Ejecutivo, que tiene como prioridad reducir el costo del servicio para el usuario final.
Cómo afectaría esto las tarifas de energía
Uno de los objetivos centrales es reducir las tarifas mediante un enfoque integral que contemple no solo subsidios, sino también medidas estructurales para mejorar la eficiencia del sistema. Según Palma, si bien aumentar la oferta energética es parte de la solución, también es crucial fortalecer la infraestructura de transmisión, que actualmente limita el acceso y encarece el servicio en varias regiones del país.
El Gobierno insiste en que no se trata solo de aplicar fórmulas técnicas, sino de introducir justicia social en la distribución y acceso a los servicios públicos. La propuesta también abre la puerta a una revisión de los subsidios actuales, con el fin de hacerlos más equitativos y sostenibles.
Críticas y preocupaciones desde el sector empresarial
Desde el sector privado, el anuncio ha generado preocupación. Camilo Sánchez, presidente de Andesco y del Consejo Gremial, advirtió que esta reforma podría ahuyentar la inversión extranjera, especialmente si las nuevas reglas del juego se perciben como inestables. Según él, reducir tarifas por ley sería un error histórico y podría afectar la sostenibilidad financiera del sistema.
Además, criticó que el proceso de formulación del proyecto no haya incluido espacios de concertación con gremios ni con las empresas prestadoras del servicio. También señaló la falta de liderazgo y participación del superintendente de Servicios Públicos, quien no ha sostenido reuniones con los actores involucrados.
Qué viene ahora con la reforma
El proyecto se encuentra actualmente bajo estudio del Departamento Nacional de Planeación, como paso previo a su presentación formal ante el Congreso. De avanzar en el trámite legislativo, deberá superar debates en la Comisión Quinta del Senado y en la Cámara de Representantes, antes de ser sancionado por el presidente.
Mientras tanto, la expectativa crece entre los ciudadanos, que han visto cómo el valor de los servicios públicos en Colombia ha escalado de forma constante. Aunque aún no se conocen todos los detalles de la iniciativa, el anuncio ya genera tensión entre sectores que demandan alivios en sus facturas mensuales y quienes advierten sobre posibles efectos adversos en el sector energético.