La piedra de Scone es una pieza que pesa cerca de 150 kg. En ella, se coronaban los reyes de Escocia hasta el año 1926, cuando la tradición se rompió por las batallas medievales. Fue entonces, cuando Inglaterra ganó la guerra y se llevó la piedra como botín de guerra.
Esta valiosa pieza fue devuelta al país escocés en el año 1996, cuando el príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, y su hermano, el duque de York, decidieron devolver esta valiosa pieza a su lugar de origen.
También es conocida como la piedra del destino o la piedra de la coronación, siendo esta un símbolo nacional de Escocia, sobre la que durante siglos fueron coronados los reyes escoceses.
Cuando en 1996, fue devuelta al castillo de Edimburgo, la realeza británica puso la condición de que pudiera ser traída de vuelta a Londres para futuras coronaciones. Lo cual fue aceptado sin ninguna objeción.