El nuevo entrenador del América de Cali, Diego Gabriel Raimondi, comenzó su ciclo al frente del club en medio de muchas dudas por parte de la hinchada. Su escasa experiencia como técnico principal despertó escepticismo, pero sus primeras palabras tras asumir el cargo dejaron ver que su llegada no fue ni improvisada ni repentina. Muy por el contrario: fue el resultado de un proceso largo, meticuloso y hasta postergado.
En entrevista con ESPN, el estratega argentino reveló detalles desconocidos sobre cómo se gestó su arribo al banquillo escarlata y lo mucho que se había madurado esta opción en el entorno directivo del club.
«Todo empezó a hablarse hace dos años»
Con serenidad y transparencia, Raimondi comenzó su relato destacando que su vínculo con el club venía desde hace tiempo:
“La llegada al América se da a través de una persona en común que tenía la dirigencia con respecto a mi nombre”, comentó.
El técnico fue más allá y puso un punto de partida cronológico muy concreto.
“Todo empezó hablarse, creo yo, hace dos años aproximadamente. Fue en 2023 cuando me contactaron por primera vez de América de Cali”, aseguró, aclarando así que su fichaje no fue un manotazo de ahogado ni una elección precipitada tras una urgencia deportiva.
«Ellos estaban en busca de un proyecto distinto»
Raimondi también habló de las circunstancias en que se retomó su nombre como opción en el pasado reciente, justo tras la salida de Alexandre Guimarães del club.
“Ellos estaban en busca de un proyecto distinto y alguien sugirió mi nombre y empezamos las charlas. En ese momento acababa de salir el profesor Guimarães y finalmente América optó por contratar en ese entonces a González, hoy en Tolima”, reveló.
Es decir, su nombre ya había entrado en consideración concreta y, aunque no fue elegido en esa ocasión, quedó archivado en la memoria institucional del club.
«Mi nombre había quedado en esas carpetas que tenía la presidenta»
La reactivación de su candidatura llegó gracias a la persistencia y memoria de la presidenta Marcela Gómez, quien había tomado nota de aquel primer contacto.
“Tuve varias entrevistas en ese momento y mi nombre había quedado en esas carpetas que tenía la presidenta (Marcela Gómez); por fortuna para mí, ella recordó que habíamos hablado hace dos años y esta vez el contacto fue mucho más efectivo y logramos arreglar todo muy fácil para que se diera mi llegada”, explicó el estratega.
La claridad con la que se retomó su proceso dejó en evidencia que la directiva no actuó por impulso, sino con base en antecedentes, entrevistas previas y convicción.
«Mi llegada no fue fruto del azar»
Ya instalado en el banquillo rojo, Raimondi valoró el camino recorrido y la forma en la que se concretó su llegada:
“Me alegra que mi llegada en este momento no haya sido fruto del azar, es claro que los directivos de América hicieron un análisis durante mucho tiempo y agradezco que ahora me hayan dado esta posibilidad”, expresó con gratitud.
Este testimonio también sirve como mensaje a la afición: el club no apostó a ciegas, sino que apostó a alguien que ya conocía, con quien ya había conversado y que fue considerado desde hace tiempo como parte de un proyecto con visión a futuro.
Primeros pasos, primeros empates
El técnico argentino ya debutó en el banco escarlata y su equipo ha sumado dos empates sin goles en calidad de visitante: el primero frente a Llaneros en la Liga BetPlay, y el segundo contra Bahía SC en la Copa Sudamericana. Este último será precisamente su primer rival como local, en el Pascual Guerrero, cuando se juegue el partido de vuelta por un cupo a los octavos de final.
La historia de Diego Gabriel Raimondi en el América apenas comienza, pero sus palabras han servido para reconfigurar la percepción inicial que muchos tenían sobre su llegada. Ahora, con el respaldo explícito de la dirigencia y un proceso previo que le otorga legitimidad, todo dependerá de lo que pueda construir en el campo de juego.