En un mundo en el que el fútbol suele girar en torno al dinero, las estadísticas y las decisiones frías, hay gestos que logran trascender todo eso. Uno de ellos vuelve a tener como protagonista a Luka Modric, quien está listo para dar otro paso de amor absoluto por el Real Madrid, el club que considera suyo desde hace más de una década.
Con el aval del nuevo entrenador Xabi Alonso y el respaldo de la directiva, el mediocampista croata prepara una renovación que no se mide en euros, sino en compromiso, identidad y gratitud. Su historia con el Madrid todavía no termina. Es lo que él quiere transmitir y lo que está dispuesto a hacer para seguir escribiéndola emociona incluso a quienes no visten de blanco.
Xabi Alonso querría seguir contando con Modric en Real Madrid
Modric, que cumplirá 40 años el próximo septiembre, no ha perdido su lugar en el corazón del madridismo, ni tampoco su utilidad dentro del equipo. Y ahora, con Xabi Alonso a punto de iniciar un nuevo ciclo como técnico del primer equipo, la historia toma un nuevo giro: el excompañero de Modric quiere que el croata forme parte de su proyecto.
El nuevo míster no solo valora su talento, sino también lo que representa como referente para las nuevas generaciones del club. Modric, aún con un rol secundario en la plantilla, sigue siendo pieza clave en partidos importantes, voz de liderazgo en el vestuario y un ejemplo de profesionalismo.
Luka Modric: una renovación con el corazón por delante
Real Madrid volvería a ofrecerle renovación por un año más, pero bajo la misma condición que el verano anterior: una rebaja salarial. Modric, una vez más, está dispuesto a aceptarla. No es un gesto menor: el croata ya había rechazado ofertas millonarias desde Arabia Saudita en 2024 por el simple deseo de seguir en el Santiago Bernabéu.
Lo que ahora volverá a hacer es lo que define su historia: anteponer la camiseta blanca a cualquier cifra. Para él, renovar con el Real Madrid no es una negociación, es un privilegio. Lo mueve el deseo de quedarse hasta 2026, el año en el que quiere colgar los botines y, si todo se da, disputar su último Mundial con Croacia.
El sueño de un final perfecto
El plan está claro en la mente de Modric: retirarse en el Real Madrid, a los 40 años, y cumplir dos metas que lleva tiempo visualizando. La primera, decir adiós al fútbol profesional en el club donde alcanzó su plenitud. La segunda, representar por última vez a su país en una Copa del Mundo, la que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá.
Ese doble cierre, con la camiseta blanca y la de Croacia, es lo que lo inspira a seguir. Sabe que ya no será titular indiscutido, pero ha aceptado su nuevo rol con humildad y convicción. Aporta cuando se lo necesita, anima desde el banco, acompaña a los más jóvenes y nunca ha pedido más minutos.
Más que fútbol: identidad y legado con el madridismo
Luka Modric representa algo que va más allá del deporte: fidelidad a unos colores, respeto a un escudo y una conexión emocional con una afición que lo admira profundamente. Cada paso que da es coherente con su historia en el club. Por eso, su gesto de aceptar una nueva rebaja de salario no sorprende, pero sí conmueve.
En tiempos donde muchos eligen destinos por cifras, él sigue eligiendo quedarse donde más feliz se siente. No lo mueve el protagonismo, sino el sentido de pertenencia, y eso lo convierte en un futbolista único.
El Real Madrid también quiere que se quede
Desde la directiva hay voluntad total para concretar su continuidad. Modric no solo sigue siendo útil en lo deportivo, sino que es un símbolo que representa el modelo de jugador que el club quiere preservar. Su comportamiento intachable y su profesionalismo lo hacen insustituible como figura interna.
El Madrid también valora que su presencia alivie la presión sobre los jóvenes talentos que ahora son protagonistas, como Bellingham, Camavinga, Tchouaméni o Arda Güler. En ese sentido, Modric funciona como un puente generacional, que entrega sabiduría y calma en los momentos de mayor exigencia.
Una historia que emociona hasta a los rivales
La historia entre Modric y el Real Madrid no es solo una relación contractual. Es una historia de amor, entrega y respeto mutuo que pocos clubes y jugadores pueden contar. Y lo que está por venir -su nuevo gesto de humildad y lealtad- reafirma que este vínculo es de los que se cuentan con orgullo. Luka Modric se acerca al final, pero lo quiere hacer en el lugar donde alcanzó la eternidad futbolística. Lo suyo no es solo fútbol. Es, como dice el título, algo que toca el alma.