El debut de Jerson Lagos con Auckland City en el Mundial de Clubes 2025 no fue solo un dato estadístico. Representó el inicio de un sueño cumplido, uno que se forjó con herramientas de mecánico, tijeras de barbero y mucho fútbol en tierra extranjera.
A los 66 minutos del duelo entre Bayern Múnich y Auckland City, el cartel de los cambios marcó un momento especial. Jerson Lagos ingresaba al terreno de juego, reemplazando a Nathan Lobo. Con su entrada, se convertía en el primer futbolista colombiano en debutar en el nuevo formato del Mundial de Clubes FIFA 2025. Fue un estreno agridulce, ya que su equipo cayó por 10-0, pero para él fue un paso gigante en una historia que parece sacada de una película.
Jerson Lagos, una vida que empezó de cero en Nueva Zelanda
Jerson Lagos nació en Colombia, pero emigró junto a su familia a Nueva Zelanda cuando apenas tenía tres años. Llegaron como refugiados, buscando nuevas oportunidades y una vida segura. La adaptación fue difícil, especialmente por la barrera del idioma y la lejanía con sus raíces. Pero en medio de ese nuevo comienzo, hubo un lenguaje universal que le abrió puertas desde muy temprano: el fútbol.
“Cuando yo llegué a Nueva Zelanda era muy difícil en ese momento porque no sabíamos nada, no sabíamos el idioma, pero uno de pequeño es muy fácil hacer amigos con el fútbol, eso me ayudó mucho”, relató el jugador en una entrevista reciente con AS Colombia.
Entre cortes de cabello y motores: una doble jornada
El camino de Lagos hasta Auckland City no fue lineal. Aunque siempre soñó con ser futbolista, debió trabajar duro en otros oficios para ayudar a su familia y mantenerse activo. Primero lo hizo como mecánico de camiones, un trabajo que exigía fuerza, resistencia y largas jornadas. Sin embargo, el desgaste físico comenzó a afectar su rendimiento en los entrenamientos.
Fue entonces cuando tomó la decisión de cambiar los motores por las tijeras. Abrió su propia barbería, una actividad que le permitió tener ingresos estables y, sobre todo, más flexibilidad para dedicar tiempo a entrenar y compartir con su familia. Desde su pequeña silla de barbero fue dándole forma a su carrera deportiva, poco a poco.
Llegó al Auckland City y no tardó en brillar
En 2024 firmó con Auckland City, el equipo más representativo de Oceanía, y su crecimiento fue inmediato. Gracias a su compromiso y constancia, se ganó un lugar en el plantel profesional y se convirtió en una de las sorpresas del equipo neozelandés en la temporada. Aunque en el debut del Mundial de Clubes partió desde el banco, el técnico confió en él para disputar la parte final del encuentro más desafiante que ha tenido: frente al todopoderoso Bayern Múnich.
Fue apenas media hora de juego, pero suficiente para que el mundo conociera su historia. Desde entonces, Jerson Lagos no solo es noticia por su nacionalidad, sino por todo lo que representa: un joven que forjó su camino en el exilio, trabajando duro, sin atajos, y que hoy vive el sueño de millones.
El Mundial de Clubes y la vitrina para un nuevo salto
La participación de Auckland City en el Grupo C del torneo -junto a Bayern Múnich, Benfica y Boca Juniors- será una prueba exigente para el equipo y también una oportunidad para Jerson Lagos. Aunque el inicio fue complejo, el torneo apenas comienza, y Lagos sabe que tiene en sus pies y en su historia un mensaje poderoso que va más allá del resultado en el marcador.
Representa a esos futbolistas que luchan en silencio, lejos del foco mediático, pero con una pasión inquebrantable. Y también simboliza a miles de migrantes que han encontrado en el deporte una forma de arraigo y superación. En un Mundial de Clubes lleno de estrellas y millones de euros, la historia de Jerson Lagos brilla por su humanidad. Fútbol, barbería y mecánica: su camino hasta aquí ya es una inspiración.