LA ERA GAMERO: Un antes y un después para Millonarios


El 24 de junio el Millonarios de Alberto Gamero se coronó como campeón de la liga colombiana, pero lejos de ser un camino de rosas, #LaEraGamero ha sido un sendero difícil de caminar.

 

El 10 de diciembre del 2019 Alberto Gamero era anunciado como nuevo técnico de Millonarios, un referente de antaño que había vestido la camiseta azul entre 1988 y 1991, se convertía en la bandera de un nuevo proceso que se encontraba ansioso por títulos, ya que luego de aquella final de Superliga del año 2018, en donde Embajadores celebraron en el Atanasio sobre Atlético Nacional, las vitrinas del azul no encontraban un trofeo importante.

Pero lejos de que está historia comienza como un cuento de hadas, la verdad es que Alberto Gamero tenía dos posibles destinos antes de llegar a Millonarios. 

UN HOMBRE, 3 CAMINO, UNA DESCISIÓN 

En el cierre del 2018, el Deportivo Cali salió de Gerardo Pelusso, la prensa experta asegura que la primera opción del azucarero era el DT del Tolima, quien había salido campeón en el primer torneo de aquel año, pero al final Lucas Pusineri arribó a la escuadra del valle.

Eso sí, la siguiente propuesta era un secreto a voces, una diligencia que hubiese cambiado el espacio y el tiempo. Antes de que Gamero firmara con Millos, Eduardo Méndez, presidente de Santa Fe tenía un propósito claro, contratar al entrenador del momento para el resurgir de su equipo que se arrastraba por las canchas del país, pero lejos de confirmar su contratación, Harold Rivera, era contratado y a pesar de haber llegado a la final en la temporada de pandemia, la diligencia estaba clara, Alberto Gamero tenía vía libre para comandar el proceso Millonarios, la Era Gamero comenzaba con dos pretendientes a sus espaldas.

PUNTAPIÉ INICIAL 2020: La locura llegaba

 si algo sabe el hincha de Millonarios, es que el sufrimiento está a la vuelta de la esquina, el 2020 llegaba como símbolo de ello, el comienzo a trompicones del nuevo proceso colocaba en dudas este proyecto, la octava fecha arribaba con un Millonarios que se ubicaba en la casilla 17, bastante lejos de todas las conversaciones posibles.

En ese punto, Gamero nunca encontró su “11 ideal”, de hecho, durante toda esa temporada, realizó cambios constantes en su títulos (Fariñez; Perlaza, Paz, Vargas, Bertel; Pereira, Vega/Duque; H. Zapata, Chicho Arango, Eliser Quiñones, José Ortíz/Ayron del Valle). 

Mientras que la estantería del proyecto tambaleaba por la presión de la grandeza de Millonarios, y muy lejos del fútbol, el mundo se paralizaba, la pandemia arribaba y el torneo paraba, el 13 de marzo la DIMAYOR lo oficializaba, la liga colombiana detenía su marcha y el proceso Gamero caía en incertidumbre.

Septiembre 2020

“Perdimos, perdimos minutos, horas, días, meses, perdimos personas que lastimosamente no volverán, la pandemia nos dejó, a su manera, hechos nada, pero cuando se cierran mil puertas, una pequeña ventana basta para darnos esperanza”.

El 12 de septiembre, era el día clave para el Ministerio de Salud y la DIMAYOR para el regreso del fútbol, pero lejos de ser sencilla la cosa, el conjunto azul continúo, por un par de fechas más, su mala racha  y lo que colocaba aún más en dudas a Gamero, era su zona defensiva, aunque regresaba Matías de los Santos, Banguero no convivencia, Juan Pablo Vargas era una joya aún por pulir, Andrés Román daba su primer gran salto a la titular y el arco se encontraba huérfano, ni Cristian Vargas ni mucho menos Bonilla, estaban a la altura del equipo.

¡ALGO CAMBIÓ!

Luego de 8 jornadas sin victorias, con 6 empates y 2 caídas, algo comenzó a cambiar, el proceso Gamero, luego de meses de dudas, indecisiones y sufrimiento, el equipo, se imponía en el fútbol colombiano, 6 victorias y un empate en las últimas 7 jornadas, Juanito Moreno se adueñaba de la portería, Mackállister se hacía cargo de la creación y emergía de a poco Emerson Rivaldo como ideal de Alberto Gamero.

A pesar de mejorar, Millonarios quedó eliminado de todo, con una efectividad del 54%, pero este proceso sabía diferente, un tufillo a gloria se acercaba, pero no sería sencillo.

INICIÓ EL 2021

El 2021 sería el año bisagra para Alberto Gamero, pero para entender la importancia de ese año nos tenemos que remontar a 2017, el año en el que Gamero dirigió a Junior de Barranquilla y la prensa experta no paraba de mencionar que el Tito Gamero era técnico de “Equipos chico”, tan solo duró 8 partidos al mando del Tiburón.

Jader Valencia, Harrison Mojica, Freddy Guarín, Fernando Uribe y Daniel Ruíz, serían las nuevas contrataciones, la dupla Chico Arango/Fernando Uribe sería el estandarte más fuerte de este equipo, pero a ellos se les sumaba la aparición en la titular de Andrés Llinás, aquel mono que comenzó como recogepelotas se posicionó como el reemplazo de Matías de los Santos, así, llegaba a fútbol colombiano una de las duplas más importantes de los últimos años, Vargas y Llinás se convertían en los centrales del equipo de Gamero.

En aquel semestre, Millonarios sería uno de los equipos a vencer, durante toda la temporada, su permanencia entre los 8 hacía ilusionar a los hinchas que aún veían el fútbol a la distancia, así, el azul llegaba a las finales.

Gamero es sin duda alguna un viejo zorro, un entrenador excepcional que evolucionó en su estilo, aquel que vimos en Tolima no se podía comparar a aquel Millonarios, pero por desgracia, el grito de campeón, se iba a ahogar en un dolorosa final

Aquel semestre finalizaría con 24 partidos disputados, 12 victorias, 5 empates y 7 derrotas, con un 58% de efectividad, Gamero, la misión campeonato comenzaba de una manera dolorosa.

CUESTIÓN DE RESILIENCIA

Tras una dolorosa derrota, Gamero tenía que seguir, el primer semestre del 2021 ilusionaba, pero nadie se imaginaba que Millonarios iba a evolucionar de tal manera que iba a ser una escuadra imparable, a diferencia de años anteriores, en donde de un semestre a otro, el azul cambiaba radicalmente y se cortaban los procesos.

A la escuadra de Gamero le faltaba un soldado, un volante que se ajustara a la ideal del Tito, y el llamado a hacer esto era un viejo conocido, Daniel Giraldo.

Así, la plantilla se completaba con la inclusión de Esteban Ruíz, portero que iba a ser protagonista a lo largo de aquella campaña.

A lo largo de aquel todos contra todos, Millonarios no bajó de las tres  primeras posiciones, para terminar como cabeza de serie en cuadrangulares, compartiendo grupo contra uno de sus viejos verdugos que lo volvería a dejar con la tristeza de una hinchada que regresaba a las canchas, Gamero lo tenía todo, menos su tan anhelado trofeo.

Sobre 3 campeonatos, Gamero no dejó de evolucionar, pasó de una efectividad del 54% a una del 60%. Aún así, la ausencia de títulos dejaba a Gamero con una gran frustración y expectativa, pero el 2022 llegaba y era a otro precio:

la grandeza de un hombre no la definen los títulos, la definen su forma de comportarse por sus derrotas…

LAS VIRTUDES DE UN CAMINO DIFÍCIL

El 6 de enero del 2022, se confirmaba la llegada de Larry Vásquez, con él comenzaba un nuevo ciclo, entre sufrimiento, éxtasis y consolidación.

El equipo de Gamero logró estar en primera posición en 6 de las 20 fechas disputadas, aún así al entrar en las finales, una nueva derrota se sumaba, en unos cuadrangulares compartidos con Atlético Nacional, Junior y Bucaramanga, el Embajador se quedaba corto, a pesar de su dominio en el todos contra todos, las críticas le caían, el equipo de Gamero “no tenía jerarquía”, bajaba desde las tribunas, el periodismo y las tiendas de barrio en donde se veían los partidos, era hora de hacer historia, de cualquier manera.

Nuevamente con un 60% de efectividad, finalizaba un nuevo semestre del azul, uno en el que la ilusión llegó tan rápido como se esfumó, entre derrotas importantes y una desazón difícil de superar.

EL PRIMER TÍTULO

El segundo semestre para el Embajador, en el 2022 fue confuso, pero en este inicio de campeonato trajo consigo un jugador del ADN Embajador, Gamero le abrió las puertas a Daniel Cataño, que empezaba su historia en Millonarios. Temporadas atrás, Cataño había sido tentado por el azul, pero por lesiones su fichaje se había frustrado ¿Era el momento ideal para que el “enemigo público de Ibagué” llegara al equipo más exigente del fútbol colombiano? 

Así, entre partidos importantes, el equipo de Gamero llegó a estar en primera posición de liga en  11 de aquellas 20 jornadas, para terminar entrando cuarto, en la última fecha, la agonía de un calendario exigente, el ritmo alterno de la plantilla y el exceso de confianza de un equipo que brillaba con luz propia, generó mil y un dudas que terminaron en una nueva caída.

Ya en cuadrangulares, nuevamente la presión le ganó al Embajador y Santa Fe, en la última jornada lo eliminó, la liga ya no tenía valor para el azul.

Pero lejos de la liga, Gamero encontró su primer título como Dt de Millonarios, la victoria en El Campín le entregaba un nuevo título al embajador, aunque no era el esperado, pero una alegría era una alegría, desde el 2018 Millos no levantaba un título, la frustración se convertía en júbilo, pero el grito era leve, el gran título estaba al caer, todos lo sabíamos, Gamero lo merecía, su hinchada lo exigía, el fútbol colombiano lo necesitaba.

Por primera vez, en 3 años, las dificultades de la temporada abrumaron a Millos y el ritmo del equipo bajó, aquella evolución del Embajador se detuvo, pasando de un 60% de efectividad a un humilde 55%. 

EL VERDADERO SENTIDO DEL SUFRIMIENTO: Una victoria con grandeza

Ser hincha de Millonarios es esperar la decepción, la melancolía y la tristeza, en los últimos 40 años han sido más las frustraciones, traiciones, cambios furtivos, robos monumentales, pecho-friadas legendarias y fracasos rotundos, esperar que algo cambiara sería vivir de ilusiones, pero cuando uno ama, es difícil no caer en la precariedad del deseo, del anhelo.

El 2023 iniciaba con la continuidad de una plantilla sólida, la marcha de Daniel Ruíz era una condición con la que Alberto Gamero contaba, la estelaridad de Cataño se convertía en una necesidad y lejos de decepcionar, el paisa se “hizo cargo”  y demostró ser uno de los jugadores más importantes de todo el fútbol colombiano.

Así, y luego de mucho sufrimiento, Gamero llegaba a una final más que merecida, contra uno de los mejores rivales del fútbol colombiano, Atlético Nacional y aunque para el espectador distante de los dos equipos, las finales fueron aburridas, lo cierto es que la agonía de unos y otros llegaba a su fin con una tanda de penaltis llena de indecisión. La conclusión arribaba con un cobro  Larry Vásquez, que hizo explotar a millones y millones de corazones.

Algunos palidecían a causa de la agonía, otros contenían las lágrimas, otros más descarados se convertían en niños para ahogarse entre lágrimas. Al final, el abrazo celestial llegaba, no con amigos, ni con los jugador, ni entre hinchas desconocidos, todos abrazaban, a la distancia, al hombre que convirtió la ilusión en una realidad, LA ERA GAMERO, daba sus frutos.

Con un 61% de efectividad, Gamero coronaba su mejor campaña con el azul, hasta el momento .

DATOS DE LA ERA GAMERO: Se construye una leyenda

A lo largo de las campañas, Gamero ha disputado un total de 183 partidos con Millonarios, de los que ha ganado un total de 88 partidos, ha empatado 53 y ha perdido 42, para una efectividad del 57%.

Siendo uno de los artífices del campeonato de 1988, Gamero es uno de los hombres que ha salido campeón tanto como jugador y técnico en el conjunto azul, entrenando a la lista junto a  leyendas como Carlos Aldabe (1949), Adolfo Pedernera (1951, 1952, 1953), Efraín ‘El Caimán’ Sánchez (1964) y Gabriel Ochoa Uribe (1949 y 1951 – 1953, 1959, 1961 – 1963).

Alberto Gamero, el tercer técnico campeón del fútbol colombiano con 3 equipos diferentes: Gabriel Ochoa Uribe (Millos, Santa Fe, América) , Chiqui García (Millos, América y Tolima) y don Alberto Gamero (Chicó, Tolima, Millos).

LA FILOSOFÍA DE GAMERO: Una cuestión de necesidad y convicción 

La falta de ídolos, referentes, grandes jugadores que encontraban en Millonarios un estilo de vida, un hogar, una nueva familia, eran quimeras, pero desde la llegada del samario el cuestionamiento de grandes ídolos empezaba a cambiar, desde los fichajes que venían a sumar su experiencias, hasta las jóvenes promesas con sed de gloria, todo estaba enfilado para crear un nuevo Millonarios, para recobrar la memoria de épocas antiguas, de cuentos dorados.

De esa manera, a lo largo de las temporadas, Alberto Gamero constituyó un modelo productivo para darle oportunidad a los talentos emergentes, desde su llegada, la chance de tener referentes de la escuela azul era una realidad.

En consecuencia, las fuerzas bases del azul se han visto con un papel protagónico, una mezcla de necesidad y convicción han convertido el ciclo de Gamero en uno de los procesos más sobresalientes del mercado nacional: Juan Moreno, Andrés Llinás, Juan Camilo García, Kliver Moreno, Diego Abadía y Emerson Rodríguez, en primera instancia fueron los protagonistas.

Luego aparecieron entre luces y sobras, Andrés Gómez, Yuber Quiñónes, Ricardo Rosales, Dewar Victoria, Alex Moreno Paz, Oscar Cortés, Beckham David Castro y Luis Paredes, demostrando una vez más que de la mano de Gamero, no solo se sueña, sino que se vive. El llamado “suelo del pibe” era una realidad.

GANANCIAS Y MÁS GANANCIAS

Incluso para las arcas del club, la llegada de Gamero ha sido importante, 3 de las 4 históricas ventas de millonarios a equipos internacionales, han sido gracias al samario,

Andrés Gómez +3 millones de euros

Emerson Rivaldo +2.4 millones de euros

Christian Arango +2.4 millones de euros

Si sumamos las dos últimas temporadas, el club se ha embolsado más de 10 millones gracias al proceso Gamero

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