La pretemporada del Barcelona en Asia ha dejado goles, emociones… y una imagen que nadie esperaba. Lamine Yamal, la joven promesa que ahora porta el mítico dorsal 10, firmó una actuación destacada en el amistoso ante el FC Seoul y dejó una postal que le ha dado la vuelta al mundo futbolero.
Después de marcar su segundo gol del partido, el extremo de 18 años se llevó las manos a la cabeza e hizo el gesto de colocarse una corona imaginaria. Fue una celebración inesperada, llena de actitud y personalidad. Pero lo más interesante llegó después: Lamine compartió la imagen en sus redes sociales, esta vez con la corona dibujada. Y ahí comenzó la historia detrás del festejo.
Lamine Yamal, ahora destacándose con la 10 del Barcelona
El duelo entre FC Barcelona y FC Seoul fue el segundo en el que Lamine Yamal lució oficialmente el dorsal 10, número cargado de historia en el club. Ante la expectativa por cómo asumiría esa responsabilidad, el joven respondió con fútbol.
En apenas 45 minutos marcó dos goles: el primero, una joya técnica tras eludir a un rival y definir con precisión; el segundo, una muestra de intuición goleadora. Y tras ese tanto, llegó la imagen del día: el gesto de la coronación, que no pasó desapercibido para nadie.
La referencia de Lamine Yamal en el festejo con la corona
El gesto no fue casualidad. Lamine Yamal es un gran seguidor, en especial, de LeBron James, la leyenda de la NBA que ha popularizado esa forma de festejar. Cada vez que firma una jugada decisiva, LeBron se “corona” como el rey. Y eso fue exactamente lo que imitó el joven del Barça en el estadio de Seúl.
La conexión se reforzó en redes sociales, donde Yamal subió la imagen de la celebración y le agregó una corona gráfica sobre su cabeza. No hubo palabras. Solo un gesto que lo dijo todo: la autoconfianza, el guiño a un ídolo y la declaración silenciosa de estar listo para su nuevo rol.
El peso simbólico de la 10 del Barcelona
Portar la camiseta 10 del Barcelona implica más que un número. Es heredar un legado que dejaron figuras como Lionel Messi, Ronaldinho, Rivaldo y Romário. Para muchos, eso puede convertirse en presión. Para Lamine Yamal, parece ser lo contrario: un impulso.
Su actuación ante el FC Seoul es solo una muestra de lo que promete esta temporada. El entrenador Hansi Flick le dio minutos como titular y el joven respondió con goles, desequilibrio y personalidad. Lo más revelador fue la forma en que se movió en la cancha: pidió el balón, lideró ataques y dejó en claro que quiere protagonismo.
Más que un festejo: un mensaje de Lamine Yamal
La celebración de Lamine Yamal no solo fue una imitación de LeBron, ni una excentricidad. Fue un gesto que resume el momento que vive: confianza plena, crecimiento acelerado y la ambición de dejar huella.
El Barça encontró en él no solo un gran jugador, sino una figura capaz de conectar con la nueva generación de hinchas. En Corea, más allá del resultado, quedó la sensación de que este joven ya no es solo promesa. Con sus goles y su festejo, dejó claro que está listo para asumir el presente. Y también para reescribir el futuro.