La historia europea vuelve a poner al FC Barcelona frente a un reto mayor: ganarle al Inter de Milán en Italia. El empate 3-3 en la semifinal de ida de la UEFA Champions League 2024-25 dejó todo abierto para la vuelta, pero con una condición clara para el equipo blaugrana: necesita un triunfo en territorio italiano para alcanzar la final.
Y aunque no es una tarea sencilla, ya existe un antecedente reciente que le da al conjunto catalán una referencia positiva. Fue en diciembre de 2019, cuando un equipo alternativo dirigido por Ernesto Valverde derrotó al Inter 1-2 en el Giuseppe Meazza. Aquel triunfo histórico es ahora el espejo que este nuevo Barcelona necesita mirar.
Una noche que hoy toma relevancia: el triunfo del Barcelona visitando al Inter de Milán en 2019
El 10 de diciembre de 2019, el Barcelona visitó al Inter de Milán en la última fecha de la fase de grupos de la Champions League 2019-20. El equipo español ya estaba clasificado y viajó con una nómina mixta. Aun así, logró una victoria de prestigio en uno de los estadios más imponentes de Europa.
Con goles de Carles Pérez y Ansu Fati, el conjunto culé venció 1-2 al equipo entonces dirigido por Antonio Conte. Para el Inter marcó Romelu Lukaku, pero no fue suficiente para evitar la eliminación. El resultado fue celebrado por el rendimiento colectivo del Barça y por el hito que marcó el segundo gol.
Ese día, Ansu Fati, con apenas 17 años, se convirtió en el goleador más joven en la historia de la Champions League, dejando su huella en una noche en la que el futuro parecía asomar con fuerza.
La alineación de aquel Barcelona alternativo que le ganó al Inter en Italia
El entrenador Ernesto Valverde decidió dar descanso a varios titulares y presentó una alineación con varias sorpresas. Así salió al campo el equipo:
- Neto; Júnior Firpo, Moussa Wagué, Jean-Clair Todibo, Samuel Umtiti, Clément Lenglet; Arturo Vidal, Ivan Rakitic (Frenkie de Jong), Carles Aleñá; Antoine Griezmann (Luis Suárez) y Carles Pérez (Ansu Fati).
Fue un equipo joven, con algunos nombres poco habituales y varios que ya no están en el club, pero que supo competir con carácter ante un Inter que se jugaba la clasificación. Aquel día, el Barça no solo ganó, también dio una lección de personalidad en un ambiente complicado.
El escenario actual: mismo rival, mismo estadio, mismo desafío
Seis años después, la historia vuelve a escribir un capítulo parecido. En la semifinal de la Champions League 2024-25, el Barcelona empató 3-3 en la ida ante el Inter de Milán en el Estadio Olímpico Lluís Companys. Los goles fueron obra de Lamine Yamal, Ferrán Torres y un autogol del arquero Yann Sommer, en un partido lleno de intensidad, emociones y vaivenes.
El resultado obliga a los dirigidos por Hansi Flick a buscar la clasificación en condición de visitante. No hay margen de error: el pase a la final depende de una victoria en el estadio Giuseppe Meazza. Y es ahí donde la memoria se activa. Porque ya lo hicieron. Y aunque las circunstancias son distintas, el objetivo es el mismo.
Esta vez, el equipo blaugrana llega con una generación renovada, liderada por jóvenes como Yamal, Gavi y Pedri, y acompañada por figuras experimentadas como Lewandowski, De Jong y Raphinha. El reto es inmenso, pero no inédito.
El Inter, un rival con peso europeo y sed de revancha
El Inter de Milán que enfrentará el Barcelona no es el mismo de 2019, pero mantiene intacto su carácter competitivo. Bajo la dirección de Simone Inzaghi, el equipo italiano ha ganado solidez táctica y profundidad en su plantilla. Llegar a semifinales no es casualidad: dejó en el camino a clubes como Bayern Múnich y Feyenoord, y está en la pelea por ganar la Serie A.
Jugar en San Siro siempre representa una dificultad extra. La atmósfera, la presión del público y la intensidad del rival convierten cada visita en un examen de máxima exigencia. Sin embargo, el antecedente del 2019 es un recordatorio de que, cuando el Barça conecta con su juego, puede imponerse incluso en los escenarios más hostiles.
Un resultado que vale oro: repetir el 1-2 para soñar en grande
Volver a ganar en Italia sería más que una simple clasificación. Representaría la confirmación del nuevo proyecto deportivo del Barcelona, que mezcla juventud, ambición y una idea clara de juego. Repetir el 1-2 de 2019 o conseguir cualquier triunfo, es ahora la tarea que marcará el rumbo del club en Europa.
Aquel partido de hace cinco años fue la primera gran noche europea de Ansu Fati. Hoy, el equipo espera que otro joven, como Lamine Yamal, o alguno de sus actuales líderes, asuma el protagonismo y repita la hazaña. Las condiciones están dadas. La historia ya demostró que es posible. Y el objetivo está claro: volver a una final de Champions League.