La respuesta fue entregada por el propio alcalde de la ciudad de Barranquilla, Jaime Pumarejo, tras los recientes episodios a las afueras del Romelio Martínez.
Durante el compromiso que disputaron Junior de Barranquilla y River Plate, justo a las afueras del Romelio Martínez, manifestantes querían interrumpir el desarrollo del partido. Los disturbios y las respuestas de la fuerza pública provocaron un ambiente caldeado. En el medio, un partido. La Copa Libertadores se jugó, aun si en las calles muchos manifestantes luchaban por sus intereses.
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De la confrontación a los hechos. La respuesta de las autoridades, así existieran reclamos y voces en contra de realizar un partido en esas condiciones, se encauza a defender el espectáculo deportivo. No a cancelarlo, ni permitir que el fútbol se deje de hacer en suelo barranquillero.
Por ello, en Barranquilla la decisión del alcalde local, Jaime Pumarejo, es defender el fútbol. No ceder ante presiones.
«No podemos permitir que un grupo pequeño de personas le imponga condiciones a Barranquilla y le diga a la ciudad que no es libre que haga algo, bajo la amenaza, la extorsión y el uso de la fuerza para que no haga eso», afirmó.
De esta manera, cualquier duda que exista acerca de su conviene seguir jugando en Barranquilla queda despejada. En un corto plazo, como mínimo, se garantiza el fútbol allí. Junior podrá seguir haciendo las veces de local en los encuentros que le resten del semestre y la sede de la Copa América tampoco sufriría sobresalto alguno.
Una respuesta que también va muy de la mano con lo expuesto en Conmebol, donde se ha dado respaldo al país, como organizador del certamen continental a mediados de año, sede compartida con Argentina.