Una derrota inesperada, en el momento menos indicado. Deportivo Cali fue ampliamente superado en su estadio por Llaneros FC, en un golpe que agrietó el entusiasmo de un proyecto que arrancó con fe, figuras y promesas de cambio. El hincha empieza a inquietarse.
Un revés inesperado en Palmaseca que sacude al nuevo proyecto
El Deportivo Cali cayó estrepitosamente en casa 0-3 ante Llaneros FC, en un resultado que no solo sorprendió por el marcador, sino por la clara superioridad del rival en todos los aspectos del juego. El estadio Palmaseca, colmado por una hinchada que ha vuelto a creer en su equipo, vivió una jornada de frustración inesperada frente a un equipo directo en la lucha por no descender.
La derrota no solo fue numérica, fue simbólica. Llaneros, con menor presupuesto y sin el peso histórico del Cali, marcó la pauta en el juego y evidenció falencias estructurales que preocupan en los verdiblancos. Fue un partido sin reacción, sin respuestas, y que dejó un sabor amargo en una hinchada que esperaba todo lo contrario.
Gamero, refuerzos y un inicio que no despega
La llegada de Alberto Gamero al banquillo fue una bocanada de esperanza para el hincha azucarero. Considerado el técnico más prestigioso del momento en el Fútbol Profesional Colombiano (FPC), su presencia generó expectativa e ilusión, reforzada con la contratación de 13 fichajes para armar una nómina competitiva.
Sin embargo, el arranque ha estado lejos de lo soñado: tras cinco jornadas en la Liga BetPlay II – 2025, el Cali solo ha conseguido una victoria, dos empates y dos derrotas. Hasta antes del duelo ante Llaneros, los traspiés se tomaban con calma como parte de un proceso en construcción, pero esta caída en casa y la forma como se dio han cambiado el tono del análisis.
El mal recuerdo de proyectos pasados empieza a rondar
Aunque la directiva, encabezada por Humberto Arias Jr, ha sido clara en que el club avanza en su proceso de reorganización financiera e institucional, el golpe ante Llaneros encendió ciertas alarmas. Sobre el final del partido, en las tribunas se escucharon los primeros reproches, señales de inquietud de una afición que pensó haber dejado atrás esos capítulos.
En redes sociales, el termómetro del hincha también empezó a subir: del respaldo inicial se ha pasado a la preocupación y en algunos casos a una crítica más aguda. La ilusión no se ha perdido, pero el margen de error, al parecer, empieza a estrecharse.