Casi siempre, por lo general, cuando se llega a una instancia así algo falla. A nada de conseguir el objetivo se desliza de las manos. La Sub-17 femenina hizo historia, sin levantar el trofeo lograron bastantes cosas porque jugar una final de un evento FIFA es para levantarse y aplaudir.
Ellas no tienen ningún reproche. Ni siquiera en el partido contra España, siempre equilibrado hasta que las rivales, fieles a un libreto que les dio la gloria, conquistaron el título.
Que la tristeza de las jugadoras colombianas sea pasajera. Nadie les puede discutir que no lo intentaron. Hasta el último minuto de la adición lo dieron todo por la gloria que les fue esquiva. La Selección Colombia Sub-17 fue subcampeona.
+ “Es un segundo puesto con muchos méritos”
Lo mejor de todo, en medio de la desazón, es el futuro que tiene el fútbol femenino del país. También todas las reflexiones que deja esta participación, los aprendizajes, el análisis de lo sucedido.
Sin demeritar el juego de Colombia tal vez, siendo respetuosos y sin menospreciar el esfuerzo hecho por este grupo de jugadoras, cabe alguna reflexión.
¿Qué faltó para ganar el título Sub-17?
Puede ser, quizás sea un tema sobre el cual el DT lo explique después, faltó alguna estrategia que contrarreste el espíritu combativo de las españolas, especialistas en cerrar partidos. Lo hicieron durante todo el campeonato. A Colombia la superaron con un gol in extremis y así, con ese ritmo, avanzaron a lo largo del certamen ecuménico.
Las españolas refrescaron su plantilla, justo para el cierre. Recargaron baterías en ataque y así cerraron mejor que sus rivales. Eso, puede ser, pasó factura en la Selección Colombia Femenina Sub-17. Mover el equipo en función de evitar el desgaste.
De cualquier manera, son reflexiones que le quedan a un equipo con una base sólida, llena de talento. Trabajo, proceso, más apoyo. El fútbol femenino de nuevo da muestras de tener mucho potencial para pulir. La gloria está cerca y se puede seguir intentándolo.