Pese a todo el dispositivo de seguridad, en un evento de tal magnitud y con tanta organización, fue inevitable. Una mujer invadió el campo de juego mientras se disputaba el primer tiempo en la final de la Champions League.
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La mujer lucía un traje de baño y su carrera le permitió llegar hasta la mitad del campo de juego. Cuando este tipo de hechos pasan, de inmediato se hace un cambio de cámara en la señal de televisión internacional. Por esa razón solo se apreciaron unos segundos de lo sucedido.
Rápidamente ingresó el personal de seguridad, llevándose a la mujer. En su traje de baño aparecía un mensaje. Un incidente de poca duración, para un compromiso que rápidamente reportó su primera anotación. Liverpool tomó ventaja en una acción de penalti ejecutado por Mohamed Salah.
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