Junior tomó una decisión clave en plena ventana de mercado y cerró una de las novelas que más ruido venía generando en el FPC. Tras semanas de negociaciones, contactos cruzados y ofertas externas, el club barranquillero aseguró la continuidad de un delantero que se ganó rápido el respaldo de la tribuna y el aval del cuerpo técnico.
La dirigencia entendió que el contexto exigía una resolución rápida: había interés real desde distintos frentes y el margen para especular se reducía con el paso de los días. Por eso, optó por ir a fondo y poner el dinero necesario para no perder una pieza que ya había demostrado impacto deportivo.
Paiva: la negociación que destrabó el futuro del atacante
El atacante paraguayo llegó a préstamo por todo 2025 con una opción de compra que, en principio, parecía compleja de ejecutar. Desde Paraguay, Olimpia pretendía venta definitiva por 2 millones de dólares y descartaba nuevos préstamos, mientras que desde Barranquilla consideraban excesivo ese valor para un futbolista de 28 años.
Sin embargo, las conversaciones se retomaron con otro tono en la última semana. La voluntad del jugador de continuar pesó, y eso permitió que las partes encontraran un punto medio: Junior adquirirá el 60% del pase por 600.000 dólares, una cifra muy inferior a la pretensión inicial y considerada razonable dentro del mercado actual del fútbol colombiano.
Rendimiento, respaldo del título y números que convencieron
El delantero fue uno de los nombres propios del campeonato recientemente conquistado. Su aporte no solo se reflejó en goles, sino también en asociaciones ofensivas, movilidad y lectura de juego. En total, cerró su temporada con 12 goles y 7 asistencias en 52 partidos oficiales, registros que explican por qué el cuerpo técnico lo marcó como prioridad.
Además, su rápida identificación con la afición y su protagonismo en los partidos decisivos terminaron de inclinar la balanza. En un equipo campeón, sostener la columna ofensiva era un objetivo estratégico.
Guille Paiva y Junior: contrato largo y mejora salarial
Con el acuerdo cerrado entre clubes, Junior también pactó una mejora salarial con el futbolista y un contrato que lo vinculará hasta diciembre de 2028. El nuevo acuerdo no solo garantiza estabilidad deportiva, sino que también protege al club ante una eventual venta futura, ya que conservará un porcentaje que podría traducirse en ingresos importantes.
Intereses concretos en el FPC que elevaron la urgencia de Junior
La presión del mercado fue real y con nombres propios sobre la mesa. Millonarios y América de Cali avanzaron con decisión por Guillermo Paiva, al punto de establecer contactos directos con el futbolista y su entorno. El caso más fuerte fue el de América de Cali, que no se quedó en simples sondeos. Desde Cali se estructuró una oferta formal, presentada directamente al representante del jugador, el brasileño Regis Marques, quien incluso reveló públicamente el estado de la negociación.
Hace diez días, en una radio de Asunción, el agente aseguró que el atacante estaba muy cerca de llegar al elenco escarlata, respaldado por una propuesta económica “muy buena”, palabras que reflejaron la seriedad del interés.
A ese escenario se sumaron sondeos desde Brasil, mercado que también evaluó al ariete, y una postura firme desde Olimpia, que no descartaba reincorporarlo a su plantilla para 2026 si no se concretaba una venta definitiva. En Paraguay consideraban que un delantero con sus números y proyección no podía quedar en el aire.
Con ese contexto, Junior entendió que no había margen para dilaciones. La dirigencia aceleró, ajustó cifras y atendió una prioridad deportiva señalada directamente por el entrenador Alfredo Arias, además del deseo explícito del propio jugador y de la afición de Curramba. El resultado fue un cierre contundente: Paiva seguirá en el Metropolitano, y Junior blindó a un futbolista por el que varios fueron con decisión y billete en mano.
Con el acuerdo sellado, Junior cierra un frente sensible del mercado y asegura continuidad en una posición clave. Billete fresco, planificación a largo plazo y un final feliz para una historia que amenazaba con complicarse.
