No es cualquier partido ni cualquier escenario. La Selección Colombia visita a Argentina por la Fecha 16 de la Eliminatoria rumbo al Mundial 2026 y lo hace con un reto que impone respeto: intentar vencer en el estadio Monumental de Buenos Aires, donde la Albiceleste no pierde desde hace 10 años. Un desafío mayúsculo para los dirigidos por Néstor Lorenzo, que llegan urgidos de puntos para sostenerse en puestos de clasificación directa.
La última vez que la Selección Argentina perdió un partido en el estadio de River Plate fue el 8 de octubre de 2015, cuando Ecuador la superó por 0-2. Desde entonces, los actuales campeones del mundo no conocen la derrota allí. En total, son 12 partidos con 10 victorias y 2 empates, consolidando al Monumental como una de las fortalezas más temidas del continente.
Monumental: una fortaleza para Argentina que no ha cedido en una década
Tras aquella derrota frente a Ecuador, Argentina construyó una racha impresionante en su estadio. Le ganó dos veces a Chile y Bolivia, venció a Uruguay, Perú, Ecuador, Paraguay, Panamá (en amistoso) y Brasil. Solo Brasil y Venezuela lograron sacarle empates en este lapso. La consistencia y solidez que ha mostrado en casa son un reflejo del proceso exitoso que lideran Lionel Scaloni y su grupo de referentes.
En ese recorrido se incluyen partidos clasificatorios y amistosos, todos jugados en el marco de un equipo cada vez más confiado en su localía. Convertido en símbolo de fortaleza, el Monumental impone un ambiente adverso y una presión constante para los visitantes, que muchas veces no encuentran la forma de quebrar su solidez.
La Selección Colombia y una misión que desafía la historia
Colombia conoce bien lo que implica jugar en esa cancha. En Eliminatorias ha visitado Argentina en nueve oportunidades, con saldo desfavorable: solo una victoria, dos empates y seis derrotas. Aquella victoria histórica fue en 1993, cuando la Tricolor goleó 0-5 con una actuación que marcó un hito en la historia del fútbol sudamericano. Desde entonces, ha sido imposible volver a repetir una hazaña de ese calibre.
Con el actual panorama de Eliminatorias, el reto es aún mayor. Colombia llega en la sexta casilla de la tabla, con una racha de cinco partidos sin victorias, y con la urgencia de sumar para no complicar más su camino hacia el Mundial. Argentina, por su parte, es líder y ya tiene asegurado su cupo, pero jugar en casa y con Lionel Messi en campo, siempre supone máxima exigencia.
Un reto que es mental, físico y futbolístico para la Tricolor
El desafío para Colombia no solo es futbolístico. Es también mental. Jugar en el Monumental implica soportar un entorno hostil, una hinchada volcada con su selección y un rival que sabe aprovechar cada error. A eso se suma la jerarquía individual de Argentina, con un Lionel Messi que ya ha enfrentado en varias ocasiones a Colombia, anotando y asistiendo en partidos claves.
Para el cuerpo técnico y los jugadores, este compromiso representa la oportunidad de revertir una tendencia negativa y de demostrar que, pese a los tropiezos recientes, hay capacidad de competir al máximo nivel. La clave estará en sostener la solidez defensiva, aprovechar las transiciones y mantener la concentración durante los 90 minutos.
La clasificación, en juego: cada punto vale
Más allá del aspecto histórico y emocional, el partido tiene una trascendencia clave para la tabla de posiciones. Si Colombia no gana, llegará a seis partidos consecutivos sin triunfos en la Eliminatoria, algo que compromete sus aspiraciones de clasificar directamente.
Un empate le permitiría mantener la sexta casilla, mientras que una derrota lo podría dejar en igualdad de puntos con Venezuela, dependiendo de lo que pase en el duelo entre la Vinotinto y Uruguay. Todo se definirá en los detalles y en la capacidad del equipo de responder en el momento más exigente del proceso.
El Monumental como escenario de consagraciones y frustraciones
El estadio de River Plate no solo es un ícono del fútbol argentino. También ha sido el escenario donde muchas selecciones han tenido que resignar puntos valiosos. Para Colombia, lograr una victoria allí significaría más que tres unidades: sería un golpe anímico enorme, una muestra de carácter y un impulso hacia la recta final del camino mundialista.
La historia dirá si este grupo de jugadores logra lo que ninguna otra selección sudamericana ha podido conseguir en los últimos 10 años. La cita está marcada. El reto es enorme. Y la ilusión de Colombia, intacta.