Durante buena parte del camino a la Copa del Mundo 2026, jugar en Barranquilla fue sinónimo de respaldo para la Selección Colombia. El calor, la hinchada y la historia hacían del estadio Metropolitano un escenario ideal para construir la clasificación. Sin embargo, en el cierre de las Eliminatorias, esa fortaleza se ha visto afectada por una serie de resultados que encienden las alarmas.
Colombia ha disputado 8 partidos en condición de local con un balance general positivo: 4 victorias, 3 empates y 1 derrota. Pero los últimos tres encuentros sin triunfos han generado inquietud. La Tricolor ha dejado escapar puntos claves en su casa justo cuando más los necesita para consolidar su lugar rumbo al Mundial 2026.
Un comienzo firme: victorias que reforzaban la confianza de la Selección Colombia en casa
La eliminatoria en Barranquilla inició con fuerza. Colombia venció por 1-0 a Venezuela, en un partido cerrado pero efectivo. Luego, tras un empate con Uruguay, vino una noche memorable contra Brasil, al que derrotó 2-1 con doblete de Luis Díaz. Más adelante llegaron otros dos triunfos ilusionantes: 2-1 frente a Argentina y un contundente 4-0 sobre Chile.
Esos cuatro triunfos no solo significaron puntos vitales, sino también un envío anímico para el plantel y la afición. Ganarles a selecciones campeonas del mundo en casa cimentaba el optimismo de cara al objetivo de clasificar sin sobresaltos. Pero ese impulso no se ha sostenido.
La racha de la Tricolor que generó dudas: tres juegos sin ganar en casa
El freno llegó en el momento menos esperado. La Selección Colombia perdió con Ecuador (0-1) e igualó con Paraguay (2-2) y Perú (0-0), dejando puntos clave en el camino. El revés ante Ecuador fue el primero en casa en esta clasificatoria. El 0-1 dejó una sensación amarga, no solo por el resultado sino por el rendimiento. Ese partido significó el fin del invicto en el Metropolitano y una pérdida de confianza en un escenario que solía ser favorable.
Ecuador, además, es rival directo en la tabla. Esa derrota no solo restó puntos, sino que impactó directamente la pelea por los primeros lugares. Desde entonces, Colombia no ha logrado retomar el control jugando en casa. A partir de ahí vinieron las igualdades. Primero con Paraguay y ahora con Perú, despertando dudas y manteniendo la expectativa en la tabla de posiciones.
El último juego en casa: Bolivia, una final anticipada
El último compromiso en Barranquilla será ante Bolivia, un rival históricamente inferior en condición de visitante. Pero el contexto convierte ese partido en una auténtica final. La Selección Colombia debe ganar para sostener su posición en zona de clasificación directa y disipar las dudas que genera su presente.
Más allá de lo matemático, está en juego la imagen del equipo en su propio patio. El Metropolitano necesita volver a ser ese fortín donde el equipo impone condiciones. Una victoria allí podría significar el envío anímico que tanto hace falta en el cierre del camino hacia otra Copa del Mundo.
Barranquilla refleja el momento del equipo
La forma en que se ha competido en casa es un espejo de lo que vive el equipo. Las dudas que hoy rodean a Colombia se reflejan también en Barranquilla. Lo que antes era confianza, hoy es presión. Lo que era un punto fuerte, ahora se tambalea.
El balance general sigue siendo positivo, pero el contexto obliga a mirar más allá de los números. Colombia necesita reencontrarse con su identidad en casa para consolidar su camino al Mundial. Y ante Bolivia tendrá su última oportunidad para hacerlo.
El ciclo de local está por cerrar y el recuerdo de las grandes victorias debe servir como combustible para recuperar la mejor versión. Barranquilla puede volver a ser fortaleza, pero solo si el equipo responde como lo hizo al inicio de este proceso.