Jhon Jáder Durán volvió a quedar en el centro del ruido, del debate y de las miradas. En apenas cuatro días, el delantero colombiano protagonizó dos cabezazos totalmente opuestos: uno que lo llevó a la expulsión en Europa League y otro que le dio un empate milagroso al Fenerbahçe en el clásico turco. Dos gestos, dos intenciones, dos destinos distintos que confirman que la carrera del atacante de 22 años sigue marcada por una mezcla de talento indiscutible y polémicas que no lo dejan en paz.
Un cabezazo que incendió la Europa League
El capítulo comenzó el jueves en la Europa League, cuando Durán vio la tarjeta roja en los últimos minutos frente al Ferencváros por agredir con un cabezazo a un rival. Esa acción reactivó todas las críticas que lo han perseguido desde su llegada a Turquía: señalamientos por supuesta falta de compromiso, dudas sobre su carácter y cuestionamientos de la prensa local sobre su relación con los compañeros.
En redes sociales, parte de la afición del Fenerbahçe exigió un castigo ejemplar. Otros pidieron su salida inmediata. Nada nuevo en la vida de Durán, un jugador que desde muy joven convive con el ruido.
Expulsado Jhon Durán 🇨🇴 en Fenerbahce por Europa League.
Al colombiano le está costando aprovechar las oportunidades con el equipo turco ❌️ pic.twitter.com/7FqOdWq1P1
— Pablo Giralt (@giraltpablo) November 27, 2025
El cabezazo que cambió el clásico
Pero el fútbol, y especialmente Durán, siempre dejan espacio para lo inesperado. En la previa del clásico contra Galatasaray, las opiniones estaban divididas: unos creían que su suplencia era un castigo lógico; otros insistían en que su jerarquía estaba hecha para noches grandes.
Ingresó al minuto 63, con su equipo perdiendo y con todo en contra. Y al 95’, de nuevo un cabezazo… pero esta vez hacia donde debía ir. Un frentazo letal que silenció críticas, explotó de emoción el Şükrü Saracoğlu y evitó que su rival de siempre tomara distancia en lo más alto de la Superliga de Turquía.
Ese gol cambió por completo la narrativa: de villano del jueves a héroe del lunes. Un contraste perfecto para explicar lo difícil que es catalogar al antioqueño.
🟡🔵 Jhon Duran’ın, 90+5’te Fenerbahçe’ye beraberliği getiren golü!#FBvGS #beINSPORTS pic.twitter.com/L5U9AEowJR
— beIN SPORTS Türkiye (@beINSPORTS_TR) December 1, 2025
Durán: una carrera tan explosiva como impredecible
La historia de Durán ha sido así desde que apareció en el Envigado FC, donde debutó con solo 18 años. Sus condiciones llamaron la atención rápidamente y dio el salto al Chicago Fire, donde mostró potencia, goles y un estilo que mezclaba descaro con rebeldía.
En 2023 aterrizó en la Premier League con el Aston Villa, etapa en la que dejó destellos impresionantes, pero también tensiones con el técnico Unai Emery, quien llegó a decir que el colombiano debía aprender a controlar mejor su temperamento.
En enero de 2025 fichó por el Al Nassr, pero apenas duró seis meses. En Arabia lo acusaron de indisciplina, de llegadas tardías a los entrenamientos y de falta de compromiso. Incluso se rumoreó que Cristiano Ronaldo habría influido en su salida por considerar que no encajaba en la cultura del equipo.
A mediados de 2025 llegó en préstamo al Fenerbahçe, donde el patrón se repitió: talento visible, pero cuestionamientos constantes. Y sin embargo, el gol al Galatasaray demostró por qué los técnicos siguen apostando por él. Con la cancha ardiendo y el partido perdido, apareció como solo lo hacen los jugadores distintos.
Jhon Durán, entre la polémica y la grandeza
La Selección Colombia tampoco ha sido terreno tranquilo para Durán. Tras un episodio de tensión con el técnico Néstor Lorenzo en un partido de Eliminatorias contra Perú, no volvió a ser convocado en los siguientes ocho encuentros.
Aun así, todo indica que estará en la lista final para el Mundial 2026, aunque la enseñanza es clara: Lorenzo quiere que entienda que no hay intocables y que su permanencia depende de su madurez.
En medio de su historial de indisciplinas, expulsiones, tensiones y decisiones cuestionables, hay algo que no se discute: Durán aparece en los momentos grandes.
Este lunes, lo volvió a hacer. Esta vez fue noticia por lo que cualquier delantero desea: un gol decisivo. Un cabezazo que no destruyó, sino que construyó.
Cuatro días, dos impactos, dos historias totalmente distintas. La vida futbolística de Durán es exactamente eso: impredecible, intensa, polémica, brillante y, sobre todo, imposible de ignorar.
