El empate 0-0 entre Atlético Nacional y Sao Paulo en el estadio Atanasio Girardot por los Octavos de Final de la Copa Libertadores 2025, dejó mucho más que un simple marcador en tablas. El gran protagonista —para bien o para mal— fue Edwin Cardona, quien erró dos penas máximas en un mismo partido, un hecho tan llamativo como determinante para el futuro inmediato del equipo.
Si bien fallar un penal no es una rareza en el fútbol, desperdiciar dos en un mismo compromiso, y más en una instancia decisiva, es un golpe duro para la hinchada y para las aspiraciones del club. Lo más preocupante, sin embargo, no fue solo la ejecución, sino la forma y la reacción posterior del jugador y del entrenador Javier Gandolfi.
Dos penales, la misma fórmula y la misma falla
Cardona tuvo en sus pies la ventaja para Nacional a los minutos 14 y 68, y en ambas ocasiones repitió idéntica estrategia: abrir el pie derecho para buscar el mismo palo del arquero Rafael Pires.
En el primer intento, el disparo salió desviado, muy ceñido y sin potencia, perdiéndose por fuera de la portería norte del Atanasio. En el segundo, con la presión acumulada, volvió a optar por la misma fórmula, sin amagos ni variantes, lo que facilitó la lectura del guardameta brasileño, que alcanzó a desviar el balón al tiro de esquina.
En ambas ejecuciones hubo una sensación de displicencia y exceso de confianza, elementos que la afición verdolaga no pasó por alto.
Edwin Cardona: un discurso sin autocrítica
Lejos de asumir responsabilidad plena, Cardona sorprendió en la zona mixta con declaraciones que llamaron la atención: «pocos tienen el carácter que yo tuve al intentar el segundo cobro de penal». Más que reconocer el error, el creativo de 32 años prefirió resaltar su personalidad.
Sobre el desarrollo del partido, destacó: «demostramos ser muy superiores, tuvimos dominio del partido y más llegadas, ellos nunca nos hicieron daño; nos daban por menos pero acá se vinieron a meter atrás todo el partido. Ojalá podamos clasificar allá la otra semana».
Si bien su análisis del juego no es errado, la escasa autocrítica sobre sus fallos y el énfasis en otros aspectos dejó una sensación incómoda en el hincha, que siente que el episodio fue minimizado.
El rol cuestionado de Javier Gandolfi
La noche también dejó interrogantes sobre la gestión del entrenador Javier Gandolfi. Tras el primer penal errado, no intervino para designar un nuevo ejecutor en el segundo cobro, dejando la decisión en manos de los jugadores.
La historia del fútbol muestra que quien falla un penal y busca revancha en el mismo partido suele errar nuevamente, debido a la presión duplicada. Un líder con carácter, en ese contexto, podría haber optado por un cambio de pateador para reducir riesgos.
En rueda de prensa, Gandolfi no se apartó del libreto de su jugador: «Son cosas del fútbol, hoy le ocurrió a Edwin, pero ya debemos pensar en la revancha. Me quedo más con la superioridad completa que tuvimos a lo largo del juego y la respuesta positiva de todos los muchachos al alto compromiso de hoy».
Una semana para el juicio final
El Morumbí será el escenario donde se definirá la serie, con un Sao Paulo que tendrá el respaldo de su gente y la ventaja anímica de haber resistido en Medellín. La afición verdolaga, que salió del Atanasio con tristeza y frustración, espera que el equipo encuentre la contundencia que faltó en la ida.
El buen juego exhibido por Nacional da un pequeño margen de esperanza, pero la herida por los dos penales fallados sigue abierta. Más allá del resultado en Brasil, lo que quedará en la memoria es la sensación de que, en la noche en que había que golpear primero, la confianza mal administrada y la falta de autocrítica fueron tan protagonistas como el propio balón.