Crónica TV fue el medio de comunicación en Argentina que tuvo, en exclusiva, las primeras declaraciones de Nadia, la mujer que denunció al Tecla Farías por violencia de género.
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“Me decía ‘te voy a matar’ y yo pedía a gritos que me deje ir. Después me decían que si les daba la clave del celular me dejaban ir. Estoy muy mal porque me amenazó en el momento y temo por mi vida. Me dijo que era poderoso y que podía matarme si quería. Todo esto fue ayer a la mañana (por el domingo). Las otras personas llegaron unos minutos después, yo intenté defenderme y le di con algo en la nariz, por eso tiene esa marca, porque me defendí”, fue lo primero que contó.
Según se conoce públicamente, el Tecla Farías se habría saltado la cuarentena para tener un encuentro en la ciudad de La Plata con 3 personas más. Ahora aparece esta versión de Nadia, desmintiendo la presencia de las otras 2. De momento es, tal como dijo el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, “un hecho confuso”.
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Poco a poco se van conociendo detalles de lo que habría protagonizado el Tecla Farías, exfutbolista que terminó su carrera jugando en América de Cali. Dentro de los involucrados, la primera en hablar es Nadia con esta versión que se conoció a través de Crónica TV y que se reprodujo en otros medios de comunicación en Argentina como el Diario Olé.
“Farías es una persona violenta, muy violenta. Intentó matarme, lo pararon sus amigos. Me hizo los cortes con una copa de vidrio rota. Grabé una parte de la discusión donde le pedía parte del dinero que faltaba y la plata del Uber para volver a mi casa. Yo fui con Michelle esa noche, no es mi amiga y no me respalda: está a favor de ellos. Seguramente le habrán dado plata, le habrán dicho ‘te doy un millón de pesos’. No pude hablar con ella porque me bloqueó. En la cámara del edificio se ve cuando bajo llorando y el shock”, agregó Nadia.
▶ ¿Qué pasó para que una mujer denunciara al Tecla Farías por violencia de género?
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Finalmente, lo último que dijo Nadia en Crónica TV fue: “Vivo con mi familia y me preguntaban qué me pasaba: no se los podía decir porque me ponía a llorar, me ponía muy triste. Me acordaba del momento y pensaba cómo estoy viva. Fue muy feo. Me querían comprar el celular, me preguntaban cuánto valía. No me dejaban irme, me tenían secuestrada”.