Llegan malas noticias desde Tunja, a solo 13 minutos de haber ingresado al terreno de juego, Andrés Ricaurte ha salido lesionado y ahora todas las alarmas se encienden con miras al partido definitivo del miércoles por Copa Libertadores.
Después de un muy flojo primer tiempo de David Loaiza, en el cual tuvo responsabilidad directa en el gol de Chicó, David González mandó a la cancha a Ricaurte para iniciar el segundo tiempo, buscando una solución al problema de la primera línea de volantes.
No habían pasado quince minutos cuando el 10 del Poderoso perdió un balón con Támara saliendo con balón dominado, esa pérdida desembocó en el segundo gol del cuadro ajedrezado; sin embargo esa no fue la peor noticia. El desenlace de esa pérdida fue mucho peor.
Ricaurte se quedó tendido en el campo desde el momento en que Támara le arrebató la pelota, se mantuvo en el piso durante algunos minutos y terminó saliendo del campo de juego para que el cuerpo médico evaluara la situación. De inmediato David mandó a calentar a Samir Mayo, quien ingresó en reemplazo de Ricaurte.
La alerta roja se enciende de inmediato, llegan a la memoria muy malos recuerdos, el 10 es un jugador con un historial de lesiones que no le favorece. Basta recordar el partido frente al Tolima en el primer partido del 2.022 en el que solo pudo jugar 20 minutos.
Aquella lesión pasó de ser una contractura sin mayor importancia a convertirse en un problema que tuvo al jugador fuera de las canchas durante meses.
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El próximo miércoles el Poderoso tiene una cita fundamental, se juega el semestre y el año. Clasificar a la ronda de grupos de la Copa Libertadores puede significar la tranquilidad económica del club.
Andrés Ricaurte es una pieza fundamental del equipo, es vital contar con él en la cancha, más aún teniendo en cuenta las lesiones de Ibargüen, Cambindo y Pipe Pardo.
Ojalá la salida de Ricaurte haya sido por prevención.