Vivir en un conjunto residencial implica respetar las disposiciones establecidas en la Ley 675 de 2001, la cual regula la propiedad horizontal en Colombia. Esta norma establece los derechos y deberes de los copropietarios, así como las reglas para el uso de las áreas comunes y el funcionamiento de la administración y el consejo de administración.
Estos órganos, elegidos por la asamblea general, tienen la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las normas y garantizar una convivencia ordenada, segura y armónica.
Restricciones sobre el uso de zonas comunes
Uno de los puntos clave de la ley es la prohibición de actividades riesgosas en espacios compartidos. Entre ellas, destaca una práctica común entre menores: jugar con balones en zonas de circulación como pasillos, entradas, corredores o accesos a torres.
Cuando esta conducta se presenta, la administración está facultada para imponer multas a los responsables del menor, ya que esta acción puede generar accidentes, obstaculizar el paso o poner en riesgo tanto a vecinos como a los mismos niños.
Monto de la sanción
El valor de la multa debe estar definido en el manual de convivencia y aprobado por la asamblea de copropietarios. En muchos conjuntos, la sanción equivale al valor de una cuota ordinaria de administración.
Por ejemplo, si la cuota mensual es de $200.000, este monto podría aplicarse como sanción por permitir que menores jueguen con balones en áreas comunes transitadas.
Otras conductas que generan multa
La normativa de propiedad horizontal también prohíbe dejar objetos personales en zonas de circulación o uso compartido, como:
- Bicicletas
- Muebles
- Motocicletas
- Artículos privados de cualquier tipo
Incumplir esta disposición puede acarrear sanciones económicas, tanto para propietarios como para arrendatarios, ya que las reglas de convivencia son obligatorias para todos los residentes del conjunto.
Convivencia y prevención
Estas medidas buscan prevenir accidentes, mantener el orden y reforzar la seguridad colectiva. Respetar las normas no solo evita sanciones, sino que también promueve un ambiente más seguro y agradable para toda la comunidad.
En última instancia, la Ley 675 de 2001 recuerda que la convivencia en propiedad horizontal es un compromiso compartido, donde cada acción individual repercute en el bienestar de todos.