El Atanasio Girardot ha sido testigo de innumerables momentos memorables para el DIM, pero hay uno que sobresale por su magnitud, pasión e impacto emocional: el día que la hinchada de Independiente Medellín presentó la que llamaron «la bandera más grande del mundo». Corría el año 2014 y el club celebraba sus 101 años de existencia. En medio de una temporada intensa y con cuadrangulares en juego, la afición decidió escribir una página imborrable en su historia.
Hoy, 11 años después, los rumores de una posible reedición de ese gigantesco homenaje al Rojo de la Montaña en el arranque de los cuadrangulares ante América de Cali hacen que el recuerdo cobre fuerza. Revivir lo que fue aquella hazaña no solo enaltece a la hinchada del Poderoso. También le da sentido al orgullo que sienten por un acto de amor puro hacia sus colores.
Una bandera récord que nació del corazón de la hinchada del DIM
Fue el 15 de noviembre de 2014. El estadio Atanasio Girardot lucía repleto, expectante por el arranque del juego entre Independiente Medellín y Deportivo Cali. Pero antes del pitazo inicial, algo mucho más grande se tomó el escenario: una bandera de 32.000 metros cuadrados cubrió por completo las cuatro tribunas del estadio.
La iniciativa no vino de patrocinadores ni de la directiva del club. Fue una obra artesanal, tejida con esfuerzo, amor y una convicción inquebrantable por parte de los miembros de la barra Rexixtenxia Norte. La confeccionaron durante un año completo. En principio, el plan era cubrir solo el sector norte, pero con el paso del tiempo, y a medida que crecía el entusiasmo, se fue expandiendo hasta cubrir cada rincón del estadio.
Detalles de la enorme bandera de la hinchada de Independiente Medellín
El impacto de aquella bandera fue tan grande como su tamaño. Costó cerca de $200 millones, una cifra impresionante que fue financiada únicamente por la hinchada. El compromiso colectivo de quienes viven con intensidad cada paso del DIM la hicieron realidad. Se necesitaron 700 personas para desplegarla y el resultado fue una imagen que le dio la vuelta al mundo.
“Somos diferentes, somos Poderosos”, fue el mensaje con el que el club celebró el gesto en sus redes sociales. En la tribuna oriental se pintaron los rostros de hinchas fallecidos, como un homenaje eterno. En la occidental, los rostros de ídolos históricos como José Vicente Grecco, Óscar Pareja, Eduardo Malásquez y Aldo Bobadilla, entre otros. Un símbolo de identidad y legado que trascendía el fútbol.
Un partido inolvidable, una victoria que acompañó el festejo
La jornada no pudo ser mejor. Independiente Medellín, dirigido por Hernán Torres, venció 3-2 al Deportivo Cali en un partido vibrante. Los goles de Germán Cano, Yorleys Mena y Daniel Hernández hicieron estallar las tribunas. La bandera no solo fue símbolo de grandeza, también fue cábala.
El resultado alimentó aún más el sentimiento de que algo grande estaba ocurriendo. Fue una jornada de celebración por los 101 años del club, de afirmación del poder de su gente, y de una conexión profunda entre tribuna y cancha.
El orgullo de Rexixtenxia y la memoria colectiva
Sebastián Rondón, uno de los líderes de la barra, fue quien más visibilidad le dio al proyecto en ese entonces. En entrevista con El Colombiano, detalló cómo fue el proceso de elaboración: “La bandera la cosieron tres miembros de la barra y un par más la pintaron. No le pedimos plata ni al club, ni a los jugadores y menos a los patrocinadores. Es un regalo de la fanaticada para el equipo”, dijo.
Además, contó que uno de los objetivos era superar la bandera del Club Nacional de Football en Uruguay, que en su momento era la más grande con 30.000 metros cuadrados. Lo lograron. La del DIM llegó a 32.000. Y así quedó en la historia.
En el relato de la hinchada, esa bandera no es solo un récord, es un símbolo de resistencia, de identidad y de compromiso. Representa una forma distinta de amar al equipo: desde la tribuna, pero con un peso gigante dentro del alma del club.
¿Una nueva bandera para un nuevo sueño del DIM?
En estos días ha comenzado a circular el rumor de que la bandera podría volver a salir. La hinchada del DIM estaría preparando una nueva aparición en el Atanasio Girardot para el primer juego de los cuadrangulares semifinales ante América de Cali. No hay confirmación oficial, pero la sola posibilidad ha desatado la ilusión.
Una década después, el recuerdo de aquel acto de amor sigue tan vivo como el deseo de repetirlo. Si se da, no será solo una bandera. Será una forma de decir que el corazón del Medellín sigue latiendo igual de fuerte. Será un reencuentro con el pasado glorioso y una declaración de intenciones: aquí está el Poderoso, más gigante que nunca, alentado por la hinchada que un día cubrió el cielo del Atanasio con su pasión.