Deportivo Cali vive horas límite: Gamero no firma, jugadores en paro y la angustia crece

La llama de la esperanza se encendió con Gamero, pero la realidad económica del Cali amenaza con apagarla antes de tiempo

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El drama en el Cali no da tregua y el abismo está cada vez más cerca

El Deportivo Cali, uno de los clubes más tradicionales y queridos del fútbol colombiano, atraviesa un presente desolador. En lugar de enfocarse en su renacer deportivo con Alberto Gamero, la institución vive una crisis económica terminal que ya afecta de lleno al proyecto deportivo. El DT aún no ha firmado contrato oficial, los jugadores se niegan a entrenar y el ambiente interno parece un polvorín a punto de estallar.

Alberto Gamero, sin firma y cada vez más impaciente

Pese a haber iniciado la pretemporada, Alberto Gamero solo ha firmado un preacuerdo con el Deportivo Cali. El contrato definitivo sigue en pausa porque el samario exige garantías financieras mínimas para construir un proyecto serio. Ha sido categórico: si no hay cumplimiento con el plantel y con él mismo, se irá sin mirar atrás.

En ese precontrato está estipulada una cláusula que le permite abandonar el proyecto sin penalidad alguna, si los compromisos económicos no se cumplen en un plazo razonable. La paciencia del entrenador, conocido por su carácter sereno, empieza a agotarse, y puertas adentro ya ha hecho saber su malestar.

Jugadores en protesta: se presentó la plantilla, pero no entrenó

El punto de quiebre ocurrió recientemente, cuando la plantilla profesional decidió no entrenar en señal de protesta. Aunque se presentaron en la sede del club, se negaron a trabajar bajo las órdenes de Gamero por la reiterada falta de pagos. La relación entre jugadores y dirigencia está completamente desgastada, y el DT ha quedado en medio de una situación explosiva.

Los futbolistas han manifestado su decepción, y aunque se han evitado declaraciones públicas, la postura es firme: no más trabajo hasta que haya un abono real a sus deudas. El cuerpo técnico, mientras tanto, trata de mantener la calma en un entorno cada vez más asfixiante.

El mensaje crudo del presidente: “No hay plata, ni para vender”

La semana anterior, el presidente del club, Humberto Arias, publicó un video que generó más alarma que esperanza. “No hay flujo de caja. No nos prestan dinero. No tenemos ni jugadores para vender. Entramos aquí por amor, pero todos estamos en riesgo”, sentenció, en lo que fue una de las declaraciones más crudas que se recuerden en la historia reciente del fútbol colombiano.

Arias reconoció que el pasivo del club asciende a los 120 mil millones de pesos, y que el comité actual no tiene cómo afrontar semejante carga sin la llegada urgente de inversión externa. Mientras tanto, los socios exigen con insistencia una Asamblea Extraordinaria, que aún no tiene fecha ni hoja de ruta clara.

La tabla de salvación: inversión extranjera aún en veremos

Toda la esperanza del club está puesta en la llegada de capital extranjero, representado por un grupo identificado como IDC. Sin embargo, la negociación avanza a ritmo lento y lleno de dudas. Gamero ha insistido en que solo se quedará si la inversión es concreta y garantiza liquidez inmediata, pero los tiempos institucionales parecen no ir al ritmo de las urgencias deportivas.

Deportivo Cali: desgaste total y golpe emocional en la hinchada

La salida de referentes como Juan Sebastián Quintero, quien se marchó por la falta de pagos, es solo una muestra de un desgaste institucional prolongado. El hincha del Cali, leal y sufrido, vive con una mezcla de tristeza, frustración y resignación, viendo cómo su equipo sigue en caída libre sin señales claras de reestructuración efectiva.

La promesa de un nuevo ciclo con Gamero encendió la llama del optimismo, pero la falta de respaldo económico amenaza con apagarla antes de tiempo. La desconfianza hacia la dirigencia es profunda y generalizada. A ello se suma el hecho de que hasta la relación con el cuerpo técnico ya se ha tensado peligrosamente.

El comunicado que intentó calmar aguas, pero no disipó la niebla

Este sábado, el club emitió un comunicado oficial negando que haya perdido el reconocimiento deportivo y afirmando que está habilitado para inscribir jugadores. Si bien el mensaje fue un intento de frenar rumores, no abordó el fondo del problema: la plata no está, y los fichajes no serán posibles si no hay dinero para pagarle ni siquiera a los actuales integrantes del plantel.

Deportivo Cali: Un renacer amenazado antes de nacer

En resumen, el Deportivo Cali está intentando reestructurarse mientras aún sangra por las heridas del pasado. Ni el prestigio de Gamero, ni la historia del club, ni el clamor de la hinchada han bastado para revertir un presente donde el balón pasa a segundo plano y las cuentas por pagar dominan la agenda.

Si la inversión no llega de forma inmediata y real, el Cali corre el riesgo no solo de perder a su entrenador estrella, sino de desdibujarse completamente como proyecto deportivo. El tiempo corre, la paciencia se agota… y la llama de la esperanza se tambalea con fuerza.