Junior de Barranquilla disfruta todavía del impacto deportivo que dejó la obtención de la estrella 11 en la Liga BetPlay, pero puertas adentro el festejo ya quedó atrás. La dirigencia entiende que este cierre de año es determinante para consolidar un proyecto que no solo apunte al dominio local, sino también a competir con ambición en el plano internacional. En ese contexto, la familia Char trabaja con intensidad en el mercado de fichajes, enfocada en una apuesta fuerte para el frente de ataque.
La hoja de ruta está clara: ir por un delantero internacional, joven, con proyección y capacidad inmediata de impacto. Un nombre que, de concretarse, podría sacudir el mercado del Fútbol Profesional Colombiano (FPC) y marcar diferencia desde el arranque de 2026.
Matías Arezo, el nombre que seduce a la dirigencia
El objetivo prioritario es Matías Arezo, delantero uruguayo de 23 años, cuyos derechos federativos pertenecen a Gremio de Brasil, pero que durante 2025 jugó a préstamo en Peñarol. Por características, movilidad y lectura dentro del área, el atacante se ajusta al perfil que Junior viene buscando desde hace meses.
Arezo es visto como un nueve moderno, con capacidad para atacar espacios, presionar alto y participar en el circuito ofensivo, virtudes que hoy pesan más que el simple registro goleador. En Junior lo consideran una pieza ideal para elevar el nivel competitivo del equipo en torneos locales y continentales.

Una negociación compleja con Gremio y Peñarol en el medio
La operación, sin embargo, no es sencilla. Gremio, que adquirió al futbolista hace dos años tras comprarlo al Granada de España por una cifra cercana al millón de dólares, no contempla volver a cederlo a préstamo. Desde Porto Alegre tienen una postura firme: el jugador no entra en sus planes deportivos, pero buscan recuperar parte de la inversión realizada.
En paralelo, Peñarol intenta retenerlo por una temporada más y desde hace semanas trabaja en un nuevo préstamo, mejorando las condiciones económicas ofrecidas anteriormente. Ese escenario abrió una disputa a tres bandas.
Es allí donde Junior irrumpe con fuerza. El club barranquillero prepara una oferta formal para adquirir el 50 % del pase del delantero, una fórmula que seduce al entorno del jugador y que podría destrabar el negocio. Aunque no se conocen cifras oficiales, desde la prensa de Porto Alegre se especula que Gremio pretende una venta definitiva cercana a los 1,7 millones de dólares.
Muriel no aparece como prioridad en este momento
La avanzada por Arezo generó entusiasmo en la afición, pero también sorpresa por otro nombre que no aparece en primer plano: Luis Fernando Muriel. El atacante atlanticense ha expresado públicamente su deseo de vestir la camiseta de Junior y su disposición a ajustar su salario al mercado colombiano.
Pese a ello, el club no ha acelerado por su contratación. Incluso, en días recientes se conoció que Atlético Nacional presentó una propuesta formal al Orlando City, dueño de los derechos del jugador, además de un contrato atractivo para el futbolista. Muriel, aunque escuchó, ha reiterado que su prioridad en Colombia sería Junior, pero esa llamada aún no llega.
La postura de los Char y el aval de Alfredo Arias
La situación tiene una explicación interna. Fuad Char Abdala, máximo accionista del club, fue claro ante la prensa local semanas atrás: Muriel no hace parte de las prioridades actuales. La búsqueda apunta a un delantero internacional, joven y con proyección, una definición que hoy encaja de forma precisa con el perfil de Arezo.
A esto se suma el criterio del entrenador Alfredo Arias. El DT uruguayo valora la jerarquía y trayectoria de Muriel, pero considera que, a sus 34 años, no reúne el fondo físico necesario para el nivel de intensidad y presión que exige a sus atacantes.
No es un detalle menor que Arias y Arezo ya trabajaron juntos en Peñarol en 2023, y que recientemente sostuvieron una conversación telefónica en la que el técnico le explicó el proyecto deportivo de Junior y el rol que tendría dentro del equipo.
Un ataque pensado a futuro inmediato
Junior ya dio un paso clave al asegurar la continuidad del paraguayo Guillermo Paiva (28 años) y ahora apunta a complementar ese frente ofensivo con un atacante de menor edad y mayor recorrido por delante. La combinación responde a una planificación clara: rendimiento inmediato y proyección de mercado.
El mensaje es contundente. Junior no improvisa ni se deja llevar solo por el peso del nombre. Prioriza perfiles, contexto deportivo y una idea de juego definida. En ese escenario, Matías Arezo aparece como la pieza que mejor encaja en el rompecabezas.
El desenlace aún no está escrito, pero el movimiento ya envía una señal fuerte al FPC: el campeón va en serio, piensa en grande y está dispuesto a hacer un esfuerzo importante para sostener su ambición. El mercado apenas comienza, y Junior ya juega fuerte.




