El apellido Vergara vuelve a sonar con fuerza en América de Cali, esta vez en las categorías juveniles. Se trata de Matías Vergara, joven mediocampista ofensivo de 15 años y sobrino de Duván, uno de los jugadores más queridos por la afición escarlata en los últimos años.
Matías hace parte de la categoría sub-15 del equipo desde comienzos de 2025 y en muy poco tiempo ha logrado destacar por su talento, visión de juego y capacidad para generar impacto en los partidos. Llega con el respaldo familiar y una ilusión grande: forjar su propio camino en el club que vio brillar a su tío.
Matías Vergara en América de Cali
Después de sobresalir en las divisiones menores de Jaguares de Córdoba y otros equipos del departamento cordobés, Matías Vergara arribó a América de Cali para reforzar su categoría sub-15. Desde su llegada, ha sido parte del equipo dirigido por Hárrison Otálvaro, exjugador profesional y ahora formador en la cantera americana.
Matías actúa como mediocampista ofensivo. Rápidamente se ha convertido en pieza importante del equipo en el Torneo Nacional sub-15, aportando tanto en goles como en asistencias. Su estilo combina creatividad, técnica y buena lectura del juego, cualidades que lo han posicionado como uno de los nombres a seguir dentro del proyecto juvenil del club.
El respaldo de Duván Vergara y una conexión especial con América
La relación con Duván Vergara va más allá del parentesco. El jugador profesional ha estado pendiente del proceso de Matías desde que dio sus primeros pasos en el fútbol formativo. Ahora que ambos comparten escudo, aunque en distintas categorías, el vínculo se ha fortalecido.
En redes sociales, Duván constantemente muestra su apoyo público. En una publicación reciente, le dedicó un mensaje emotivo: “Te espero en Primera”, en una fotografía en la que estaban los dos, dejando en claro que sueña con ver a su sobrino debutando algún día con el plantel profesional. Esa cercanía ha sido fundamental para el crecimiento de Matías, que encuentra inspiración y guía en la experiencia de su tío.
Formación, talento y personalidad en la sub-15 de América de Cali
Más allá de su juventud, Matías Vergara demuestra madurez tanto dentro como fuera de la cancha. Su presencia en el mediocampo le ha dado al equipo sub-15 de América una salida clara y creatividad en el último tercio. Tiene gol, sabe construir juego y cuenta con una particular precisión en los remates de tiro libre con pie derecho, una combinación que lo hace desequilibrante en su categoría.
Los reportes del cuerpo técnico destacan no solo sus condiciones técnicas, sino también su disposición para aprender, su disciplina y la manera en que ha asumido el desafío de representar a una institución como América. Es parte de una camada que tiene el objetivo de nutrir al equipo profesional en el mediano plazo.
Vergara, un apellido con historia en América de Cali
El apellido Vergara ya está inscrito en la memoria reciente del hincha escarlata. Duván fue protagonista en etapas clave del equipo, siendo vital en las consecuciones de las Estrellas 14 y 15. Su regreso reciente desde el fútbol mexicano ha sido celebrado como un acto de conexión con la identidad del club. Ahora su sobrino toma la posta desde abajo, con el objetivo de construir su propia historia.
Si bien la comparación es inevitable, Matías sabe que su reto es distinto. Lleva la motivación de un apellido con peso, pero está enfocado en hacer su propio recorrido, sumando minutos, experiencia y aprendizaje en cada entrenamiento y cada partido.
Lo que viene para Matías Vergara
El proceso de formación apenas comienza. Matías tiene 15 años y todavía muchos pasos por dar dentro de la estructura juvenil del América de Cali. De momento, su rendimiento en el Torneo Nacional y su impacto en los partidos han generado atención tanto dentro como fuera del club.
Desde la institución, el enfoque es claro: acompañarlo con paciencia y responsabilidad, potenciando su talento sin acelerar los tiempos. El respaldo de su entorno y la guía cercana de Duván pueden ser claves para que su crecimiento continúe con firmeza.
En un club acostumbrado a formar jugadores con proyección, Matías representa una ilusión más que se gesta desde la base. Con trabajo, constancia y el respaldo del apellido, buscará convertir esa ilusión en realidad en los próximos años.