Cada vez son más las críticas de los hinchas de Junior hacia Juanfer Quintero. Analizando la situación, ¿Qué tanta culpa tiene el diez?
Como casi nunca ocurrió a lo largo de toda su carrera, Juan Fernando Quintero llegó al Junior de Barranquilla y disputó ocho partidos completos consecutivamente. Sí, así como leen: ocho partidos seguidos de más de 90 minutos, sin salir, corriendo hasta el final de cada uno de ellos. ¿El resultado? Fascitis tibial y periotitis, lesiones generadas por los esfuerzos repetitivos y exagerados en la zona de la pantorrilla.
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Juanfer, que se lesionó luego de hacer un partidazo contra Envigado y marcar su primer gol con la camiseta rojiblanca, fue la principal víctima de la pésima gestión de Arturo Reyes. En ese equipo nadie lo acompañaba en la gestación y encima fallaban las chances creadas por sus pases. Al final se terminó lesionando y hasta el sol de hoy no se lo ha visto de vuelta.
Este contexto es el que no se menciona cuando se dice con bastante ligereza que Quintero está robando en Junior. Una frase que además de suponer que el bolsillo de la institución es el mismo que el de los hinchas, presume que un jugador está lesionado porque quiere. Créame: después de la presión mediática que se generó con su fichaje, al que más le importa la imagen que pueda dejar como profesional es al mismo Juanfer.
“Todavía no se sabe cuándo volverá ‘Juanfer’. Ya lo veo metido en la cancha, trotando, pero nadie se atreve a decir una fecha exacta en la que pueda volver”, aseguró Hernán Darío Gómez sobre la lesión de Juan Fernando Quintero. pic.twitter.com/iNtfImPIcc
— Deportes El Heraldo (@DeportesEH) May 5, 2023
Todo es incertidumbre porque nadie da una fecha de regreso. La lesión de el mediocampista paisa es compleja, por algo lleva mes y medio out. El hincha tiene derecho a sentirse defraudado y más por la situación límite en la que están los dirigidos por Hernán Darío Gómez. Pero acá la realidad es que Quintero fue el mejor del equipo mientras estuvo en la cancha. Y ahora que no lo está es por culpa de la negligencia del anterior DT y del cuerpo médico.
El tiempo dirá si su contratación fue un fiasco. Los cracks, sea lo que sea, merecen un compás de espera. El actual Junior es terrenal pero no deja de ser un conjunto ordenado que, si le suman la magia del diez, está para cosas más serias.