La Selección Colombia vive dos etapas contrastantes en el ciclo de Néstor Lorenzo como entrenador. Durante la primera parte de su ciclo fue el equipo que todos admiraban: invicto en 25 partidos, con funcionamiento colectivo, jerarquía y resultados. Pero todo cambió tras la final de la Copa América 2024. Aquella derrota ante Argentina, con gol en tiempo de adición, marcó un antes y un después. Desde entonces, la Tricolor entró en una racha negativa que incluso ha generado expectativa con su clasificación al Mundial.
El contraste es tan notorio como alarmante. Pasó de tener una efectividad del 84% a apenas un 30% en sus 10 partidos posteriores. El impacto se siente en la tabla de posiciones de la Eliminatoria, donde hoy Colombia ocupa el último cupo directo y llega al tramo final con más dudas que certezas.
La Selección Colombia antes de la final de la Copa América 2024: un proceso que ilusionaba
Néstor Lorenzo tomó el mando de la Selección Colombia con la misión de renovar el camino tras el fracaso rumbo a Catar 2022. Y su comienzo fue inmejorable: 25 partidos sin perder, de los cuales ganó 19 y empató 6. El equipo se mostraba sólido, con una defensa firme, una mitad de cancha con ideas y una delantera efectiva.
En ese lapso, la Tricolor mantuvo su arco en cero en 14 oportunidades y le ganó a selecciones de peso como Alemania, Brasil y Uruguay. Con un juego directo, buena ocupación de espacios y confianza colectiva, la Tricolor llegó invicta a la final de la Copa América 2024, luego de dejar en el camino a selecciones de renombre.
La final ante Argentina: el golpe que cambió el rumbo de la Tricolor con Néstor Lorenzo
La noche del 14 de julio de 2024 fue el punto de quiebre. En la final disputada en Miami, Colombia perdió 1-0 ante Argentina con un gol de Lautaro Martínez en el minuto 112. Fue un partido tenso, parejo y de alta carga emocional. La derrota llegó cuando el partido ya parecía encaminado a los penales.
Más allá del resultado, el golpe anímico fue fuerte. La selección Colombia perdió su invicto, pero también su impulso. Desde entonces, no ha podido recuperar ni el funcionamiento ni los resultados. El contraste entre la confianza previa y la fragilidad posterior ha sido evidente.
Los números que explican el bajón de la Selección Colombia
Desde esa final, Colombia ha disputado 10 partidos, todos por Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026. El balance: 2 triunfos, 3 empates y 5 derrotas. Solo ha mantenido su arco en cero en 2 ocasiones y suma apenas 9 puntos de los últimos 27 en juego.
Esa pobre campaña explica su caída hasta la sexta posición de la tabla, la última que otorga cupo directo al Mundial. El equipo, que antes inspiraba solidez, ahora muestra inconsistencias en defensa, falta de ideas en ataque y desconexión en el medio. Los errores individuales y las fallas colectivas se repiten y el nivel de varios referentes ha bajado considerablemente.
El bajón también se siente jugando en casa
Uno de los aspectos más llamativos de esta racha negativa es que tres de las cinco jornadas sin ganar fueron como local. En Barranquilla, donde Colombia solía ser fuerte y sacar ventaja, ahora ha cedido puntos valiosos que hoy pesan en la tabla. En ese lapso de tiempo dejó de ganarles en Barranquilla a Ecuador (0-1), Paraguay (2-2) y Perú (0-0). Esa falta de efectividad en su territorio ha hecho que cada vez dependa más de lo que pase en otros compromisos.
Un entorno tenso y la presión de clasificar al Mundial
Lo que antes era ilusión se convirtió en presión. El entorno se ha tornado crítico, la hinchada ya no responde con el mismo entusiasmo y las dudas sobre el DT comienzan a hacerse sentir. La clasificación al Mundial está en juego y Colombia no tiene margen de error. A falta de tres partidos para el cierre de la Eliminatoria, el objetivo sigue siendo posible, pero el presente no ayuda a creer sin reservas.
Néstor Lorenzo tiene el desafío de recuperar la versión que lo llevó a una final continental. El equipo tiene talento, nombres importantes y una historia reciente que lo respalda. Pero necesita resultados urgentes. Lo que fue la Selección Colombia y lo que es ahora muestran una brecha que solo puede cerrarse en la cancha.