El fútbol argentino vivió un instante profundamente emotivo apenas dos días después del fallecimiento de Miguel Ángel Russo. Su hijo, Nacho Russo, decidió rendirle tributo a su manera: dentro de la cancha, jugando y marcando un gol.
Pese al dolor, el delantero viajó a Rosario para disputar con Club Atlético Tigre el partido ante Newell’s Old Boys (nada menos). En ese encuentro, que terminó 1-1, fue él quien abrió el marcador, y su celebración conmovió al país entero.
De Nacho Russo para su papá: “Lo necesitaba para mí y él lo hubiese querido”
Después del partido, con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, Nacho explicó por qué tomó la decisión de jugar tan pronto: “Tomé la decisión de jugar porque lo necesitaba para mí y él lo hubiese querido. Desde el club apoyaron mi decisión y el DT sabía todo lo que estaba pasando. Hoy es un día para recordarlo con una sonrisa, que era algo característico de él. Le mando un beso al cielo”.
No era un partido más. Era su manera de canalizar el dolor y honrar la memoria de su padre, que marcó a generaciones en el fútbol argentino y también en Colombia, donde dejó una huella imborrable con Millonarios en el Fútbol Profesional Colombia.
Nacho Russo y el recuerdo de su padre
El atacante también habló de lo que sintió al ver las miles de muestras de cariño que se dieron en el velorio de su padre en la Boca Juniors. “No tomaba magnitud de lo que genera. Para mí era solamente Miguel, mi papá, con el que tenía charlas, discutía, tomaba un café y que cuando me peleaba no le hablaba… Lo disfruté un montón, me va a seguir apoyando y acompañando. Esto se lo dedico a él”.
El homenaje se sintió en todos los clubes donde Russo dejó su marca: Rosario Central, Boca Juniors, Vélez Sarsfield, Millonarios y más. Su legado trasciende fronteras.
La enseñanza de Miguel que le quedó a su hijo:
Nacho también recordó el ejemplo que recibió en casa: “La enseñanza que me deja es que siempre lo intentaba. A veces le salía y otras no, pero nunca dejó de insistir. Estaba pendiente de todo y es algo para valorar”. El gol y su celebración fueron una forma de continuar con esa enseñanza: levantarse, seguir adelante y transformar el dolor en fuerza.
Un tatuaje con historia para Nacho Russo: “Todo se cura con amor”
Al marcar el gol en la cancha de Newells, Nacho se levantó la camiseta y mostró un tatuaje que guarda un significado especial: “Todo se cura con amor”. Esa frase la pronunció su padre en enero de 2018, cuando regresó a dirigir a Millonarios después de un tratamiento oncológico.
Aquella línea se convirtió en un lema para el club bogotano y su hinchada. Hoy vuelve a cobrar fuerza como símbolo familiar y como recuerdo imborrable de Miguel Russo.
El fútbol como refugio y homenaje
El encuentro entre Tigre y Newell’s terminó en empate, pero ese detalle quedó en un segundo plano. Lo que se llevó las miradas fue la imagen de Nacho Russo señalando al cielo. Un gesto sencillo pero cargado de significado.
Fue un homenaje íntimo y a la vez colectivo: de un hijo a su padre, de un jugador al entrenador que marcó una época y de un país entero que lo despidió con respeto y admiración.
El legado de Miguel Russo
Miguel Ángel Russo fue más que un técnico exitoso. Campeón con Boca Juniors, Millonarios, Vélez Sarsfield y otros clubes, su estilo de trabajo y su calidad humana lo convirtieron en un referente. En Colombia será recordado por llevar a Millonarios a la conquista de su estrella 15 en 2017 y la Superliga de Colombia en 2018.
Su frase “Todo se cura con amor” y su forma de vivir el fútbol siguen presentes. Esta vez, a través de su hijo, quien escribió un capítulo que quedará grabado en la historia.
Un gol que quedará en la memoria
El gol de Nacho Russo no fue uno más. Fue un gesto de amor, de fuerza y de legado. Un homenaje que conmovió a hinchas de todos los colores y recordó que, más allá de los resultados, el fútbol es también un espacio donde las emociones y las historias personales tienen un lugar especial.
La imagen de Nacho mirando al cielo con lágrimas en los ojos se suma a las páginas más emotivas que ha dejado el fútbol argentino en los últimos años. Y, sobre todo, honra la memoria de un hombre que vivió el fútbol con pasión, integridad y amor.