Colombia luchó. Jugó, anotó gol (golazo, la verdad). Se equivocó, pero nunca bajó los brazos. Inglaterra ganó 2 – 1. No caben reproches, solo agradecimientos.
Los primeros minutos del Inglaterra vs. Colombia se superaron con temple y orden. Eran claves. Las europeas salieron con todo el bloque encima del seleccionado nacional. El plan de controlar iba bien, salvo un detalle. Una lesión que provocó un reajuste en el sector defensivo.
Carolina Arias se marchó del juego por un golpe en la rodilla. Su llanto lo decía todo. La impotencia por un hecho inesperado, que motivó un cambio obligado. Ana María Guzmán tomó su lugar y por fortuna para las nuestras entró rápido en el contexto del partido.
Colombia soportó la presión y con inteligencia aprovechó los espacios. Cuando se tomó confianza hizo daño. Así llegó el gol de Leicy Santos. Batacazo en Sídney. El sueño de las semifinales no era lejano, ni las diferencias entre los seleccionados eran tan pronunciadas. Se podía.
Había que trabajar el cero en el arco para cerrar el primer tiempo, dejándole la presión a Inglaterra. Era cuestión de resistir la reacción inmediata del seleccionado inglés. Fue allí, en ese momento clave, cuando Colombia flaqueó.
Catalina Pérez cometió un error, en una jugada que ya estaba controlada. Una pena por ella. De las grandes figuras que ha tenido el seleccionado nacional, ella está ahí. Su pifia le dio la igualdad a una Inglaterra, cuyo juego creció para luego tomar total control del partido.
Inglaterra salió con más decisión en el periodo complementario. Lanzó sus laterales, jugó profundo e impuso su fortaleza física. Se llevó por delante a Colombia y en un ataque marcó el segundo gol. Catalina Pérez no pudo frenar la potencia del disparo cruzado. Luego la arquera nacional se marchó del campo por lesión.
Incapaz de bajar los brazos porque siempre tuvo hambre de gloria, Colombia perdió con algo más que solo el pundonor. Puso fútbol, talento. Hizo presión. Sometió a Inglaterra, que lejos de pensar en aumentar la ventaja optó por protegerse. Defendió y hasta hizo algo de tiempo.
La derrota 2 – 1 de Colombia en los cuartos de final cerró uno de los capítulos más importantes del fútbol femenino nacional. Nada para reprocharles. Aplausos para las guerreras y una demostración más de su grandeza.