Después del fiasco en el clásico frente a Nacional, David González está en el ojo del huracán tanto por parte de la prensa como de la hinchada. Pero, ¿Peligra el puesto de David González como técnico del Poderoso?
Independiente Medellín tuvo todo a pedir de boca para ganarle el clásico paisa a Nacional, sin embargo no fue ambicioso y terminó resignando un empate que lo dejó con malestar general, tanto en la interna así como de cara a la opinión pública.
Cuando tienes en la lona al enemigo moribundo hay que dar el golpe de gracia, más aún si ese rival es el equipo más grande del país.
David reconoció en la rueda de prensa posterior al partido que se equivocó, dijo que cometió un error por no haber movido las clavijas necesarias para ir al frente en el segundo tiempo y ‘matar’ a Nacional.
Los reclamos airados de la afición no se han hecho esperar. Los malos recuerdos de la reciente final frente al Pereira, en la que sucedieron cosas parecidas a lo ocurrido en el clásico, están frescos en la mente de los hinchas y hay un amplio sector que pide la cabeza de David González.
Al hincha hay que entenderlo y respetar sus reacciones en caliente, pero el trabajo del dirigente es opuesto al del aficionado. David llevó al equipo a la final del fútbol colombiano en su primer semestre como entrenador.
Clasificó al equipo a la fase de grupos de la Copa Libertadores con autoridad, jugando bien. Dos logros mayores en su primer año al frente del equipo.
Es el máximo ganador de la historia del club, un hombre de la casa y se ha hecho público el gran manejo que tiene en la interna del equipo con los jugadores.
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Ejemplos como los de Éver Valencia y Jaime Alvarado son hechos concretos que demuestran que David es un hombre que sabe lo que hace.
Además es un hombre que le genera crecimiento y bienestar a la marca Independiente Medellín gracias a su mesura y educación con la hinchada y la prensa.
Ha demostrado que no es terco y que cambia a tiempo cuando algo no funciona y tiene poder de autocrítica a nivel público.
En síntesis son muchas más las cosas buenas que las malas y es prudente mantener el proceso y sostener a David en el cargo.