América de Cali comenzará el 2025 enfrentando uno de los retos más nostálgicos que pueda tener un equipo: jugar sus primeros 5 partidos como local sin público. La decisión anunciada por el secretario de seguridad, Jairo García, llega como consecuencia de los actos violentos protagonizados en la final de la Copa BetPlay, donde un grupo de personas interrumpió el partido con intentos de invasión de cancha.
Además, la tribuna sur, hogar del Barón Rojo, será clausurada por 6 meses, dejando al equipo escarlata sin uno de sus bastiones más importantes. Ahora, América no solo tendrá que lidiar con el impacto deportivo, sino también con un desafío económico y emocional significativo.
Sin público: un golpe al América de Cali
Jugar sin público durante 5 fechas implica que América de Cali perderá uno de sus activos más importantes: el apoyo incondicional de su hinchada en el Pascual Guerrero. La energía y el aliento de sus seguidores han sido históricamente una fortaleza para el equipo en momentos difíciles. La ausencia de ese respaldo no solo afectará el desempeño en la cancha, sino que también generará una pérdida considerable en ingresos por taquilla.
Tras los actos vandálicos ocurridos el 15 de diciembre en el Pascual, tomamos las siguientes decisiones con la Comisión Local de Fútbol:
– Cierre total del estadio para las primeras 5 fechas del campeonato en 2025.
– La tribuna sur estará cerrada durante el 1er semestre.(1/4) pic.twitter.com/tPeNnDI7iv
— Seguridad y Justicia (@SeguridadCali) December 17, 2024
Y la decisión para la tribuna sur del Pascual Guerrero
La clausura de la tribuna sur durante 6 meses es una medida que golpea directamente a la barra Barón Rojo Sur. Este sector, conocido por su fervor y pasión, quedará vacío mientras las autoridades trabajan en un plan para transformar ese espacio.
Según informó el secretario Jairo García, la propuesta es reconvertir la tribuna sur en una tribuna familiar, buscando un ambiente más seguro y amigable para los asistentes. Sin embargo, este cambio representa un desafío cultural que exigirá la colaboración de todas las partes involucradas: autoridades, club, barras y aficionados en general.
Sin trapos ni instrumentos: la tribuna en silencio
La tercera medida anunciada es la prohibición de ingresar elementos característicos de las barras, como instrumentos musicales, trapos y banderas. Estas herramientas, que históricamente han dado color y vida a las tribunas, quedarán fuera del Pascual Guerrero mientras se implementan nuevas estrategias de seguridad.
Esta decisión busca disminuir el riesgo de violencia y descontrol en las graderías, pero también plantea un dilema: ¿Cómo mantener la pasión y la cultura del fútbol sin estos símbolos? La afición del América, acostumbrada a ser protagonista desde las tribunas, deberá adaptarse a esta nueva realidad temporal.
Para la hinchada de América, un llamado a la reflexión y la reconstrucción
Las sanciones impuestas al América de Cali son un mensaje claro sobre las consecuencias de la violencia en los estadios. Más allá de las pérdidas deportivas y económicas, lo sucedido debe ser un punto de inflexión para el club, las barras y la afición. Es momento de reflexionar sobre el papel de cada uno en la construcción de un fútbol en paz.
El reto para el América será enorme. Jugar sin su público exigirá un esfuerzo extra tanto dentro como fuera de la cancha. Al mismo tiempo, la reconversión de la tribuna sur a un espacio familiar podría ser una oportunidad para transformar la experiencia en el estadio y abrir la puerta a un ambiente más seguro para todos.
El fútbol es pasión, pero nunca debe ser motivo de violencia. La invitación ahora es a reconstruir la confianza, a vivir el fútbol con respeto y a trabajar juntos para que estas situaciones no se repitan. América de Cali y su hinchada tienen la oportunidad de demostrar que, incluso en los momentos difíciles, es posible renacer y volver más fuertes.