A pesar de que su crianza fue en Cali, su camino como profesional empezó en Deportes Tolima. Le cerraron las puertas por ‘bajito’.
Después de pasar más de una década en el exterior, Carlos Darwin Quintero regresó al fútbol colombiano. Hace parte del América de Cali, club al que llega para cumplir un sueño de niño, pues es el equipo de sus amores. Nació en Tumaco, pero vivió en Cali desde muy pequeño; por eso desarrolló ese amor por ‘La Mechita’. Sin embargo, también firmó con este club para quitarse una espinita del pasado.
De acuerdo a lo que se pudo conocer, mientras estaba en sus procesos formativos, los clubes de la capital vallecaucana le cerraron las puertas. Además, según lo que cuenta su padre, en la Selección del Valle también le dijeron que no, a pesar de su buen rendimiento con las escuelas donde estaba. Por esta razón, apenas salió la opción de irse a Deportes Tolima, no lo dudaron ni un segundo.
Gilbert Quintero, el padre de Carlos Darwin, habló con ‘El Corrillo de Mao’ sobre esos procesos de su hijo en el fútbol formativo. «Carlos Darwin no pasó por selecciones Valle. No tuvo oportunidades por ser muy ‘menudito’; muy chiquitico. Ni Cali ni América ni Boca, él iba a entrenar, decían que era muy bueno pero que le faltaba talla y le faltaba peso. Cuando él tenía unos 10 años pensó en no volver a jugar«.
El entrevistador le preguntó que si esos que lo rechazaron nunca vieron jugar a Anthony de Ávila. «Yo creo que sí lo vieron, pero era muy difícil que un jugador muy pequeño llegara a uno de esos equipos, así fuera malo pero que fuera grande«.