A lo mejor fueron los nervios. No es fácil estar ante tantos aficionados y cámaras, como el único punto de referencia. Algo los traicionó porque cuando fueron presentados dejaron un blooper como recuerdo.
Fallos épicos, que toman más fuerza cuando al futbolista en cuestión no le salen las cosas como se esperaban. Un peso a cargar por el resto de sus días y que siempre será recordado cada vez que se hable de ellos por algún detalle. Así estén retirados se encargarán de revivir ese día, ese momento de un resbalón o mal control del balón. ¡Incluso hay un caso de confusión de equipo!
Las presentaciones de jugadores, cuando llegan con ese rótulo de estrellas a los equipos, por lo general generan una gran convocatoria. La gente acude y los medios están prestos a seguir cualquier incidencia. Cuando se equivocan, la reprobación es mayor. De hecho pesan más que equivocarse en un partido por errar un gol o hacer una mala jugada.