El pago de impuestos es una de las principales obligaciones de los ciudadanos y la base del sostenimiento de los Estados. En Colombia, quienes no cumplen a tiempo con estos compromisos suelen enfrentar procesos de cobro que, hasta ahora, podían tardar meses o incluso años en resolverse. Con la entrada en vigor de la Ley 2540 de 2025, este panorama cambiará de manera drástica.
Embargos más ágiles con arbitraje ejecutivo
La nueva norma introduce la figura del arbitraje ejecutivo, que permitirá que los embargos de cuentas bancarias y bienes se concreten de forma mucho más ágil. Antes, eran los jueces de la República los que tenían la competencia exclusiva para ordenar estas medidas, lo que generaba una congestión en los tribunales y retrasos significativos en los procesos.
Con la ley, ahora serán los tribunales arbitrales los que podrán ordenar el embargo en caso de incumplimiento de pago, acortando sustancialmente los tiempos para que acreedores o demandantes logren hacer efectivos sus derechos. Este cambio busca poner en cintura a los morosos y brindar mayor seguridad jurídica a las entidades financieras y comerciales.
Requisitos y entrada en vigencia de la norma
Para que el embargo vía arbitraje sea posible, los contratos relacionados con adquisición de deudas deberán incluir una cláusula en la que ambas partes acepten acudir a esta figura en caso de incumplimiento. De esta manera, si el deudor deja de pagar, el acreedor podrá solicitar el embargo a través de un tribunal arbitral, evitando la vía judicial ordinaria.
La Ley 2540 de 2025 entrará en vigencia el próximo 27 de febrero de 2026, y desde entonces cambiará de manera estructural los procesos de cobro en el país. Expertos recomiendan a ciudadanos y empresarios leer cuidadosamente los contratos que suscriben y verificar si contemplan este tipo de cláusulas, ya que de ello dependerá la aplicación de la norma.
Impacto para deudores y acreedores
El impacto de la nueva ley será doble. Para los acreedores, representa una herramienta más rápida y eficaz para recuperar las sumas adeudadas, reduciendo los tiempos de espera y los costos judiciales. Para los deudores, en cambio, significa la necesidad de estar más atentos al cumplimiento de sus compromisos financieros, pues la inmediatez del proceso podría derivar en embargos casi automáticos si no se llega a un acuerdo de pago.
Ante este escenario, los especialistas insisten en la importancia de la educación financiera, la planeación de gastos y la búsqueda de acuerdos tempranos con los acreedores, a fin de evitar que las deudas terminen en un proceso arbitral que afecte directamente el patrimonio personal o empresarial.