Junior de Barranquilla: Un casting sin dirección

Junior y el predicamento de Arturo Reyes


No me gusta Arturo Reyes como entrenador. Creo que sus ideas futbolísticas están atravesadas por los mismos vicios de tantos otros técnicos colombianos. Por ejemplo, pienso que tiene una excesiva afección a los esquemas tácticos en los que los extremos tienen un rol fundamental. También me parece que pone a los dibujos por encima de las características de sus futbolistas y que, en momentos cumbre, cuando el juego le pide valentía a los líderes, elige el conservadurismo.

Opto por arrancar esta columna diciendo todo lo anterior para sacarme esa opinión de encima rápidamente. Este texto no pretende despotricar del samario, aunque así lo parezca. Por el contrario me gusta asumir que, con todo y que no podemos evitar ponerle el filtro subjetivo a cualquier análisis, la necesidad deportiva está por encima de mi juicio. Yo quiero que Arturo Reyes triunfe en el Junior de Barranquilla. Así como quería que triunfaran Juan Cruz Real (de quien me agradaba su forma de conducir al grupo, no así algunos de sus estrategias) o Luis Amaranto Perea (a quien considero un gran proyecto de entrenador).

La arenga de Arturo Reyes vs. La Equidad: “Junior es un equipo de historia

La situación en el elenco barranquillero con los procesos es tan compleja que, aún cuando el técnico de turno tiene defectos que se pueden detectar con facilidad, se hace absolutamente necesario que al equipo de trabajo que esté comandando el barco le vaya bien. Así evitaríamos papelones como los de la familia Char corriendo a rogarle a Comesaña para que vuelva y después atreviéndose a echarlo como un perro, tal cual hicieron el pasado mes de noviembre.

¿El inicio de algo bueno?

El Junior de Reyes versión 2023 tardó seis jornadas en ganar, apenas ha podido marcar tres goles, lucha contra un periodismo vigilante que inventa chismes y que está pendiente a ver qué jugador se echa más maicena. Un panorama complejo que empezó a cambiar (parcialmente pues en Quilla nunca se sabe) días atrás con un gol de Luis Sandoval tras asistencia de Jhon Jaider Vélez. Dos nombres fundamentales en el predicamento por el que pasa ahora mismo el timonel de Los Tiburones.

Reyes está en un constante combate para ganarse el respeto de propios y ajenos. Que el Chino Sandoval haga gol y se entienda con Juan Fernando Quintero le favorece, así como también fortalece su discurso el hecho de que el muchacho Vélez entre en el onceno titular y actúe como si todavía estuviese jugando descalzo en el barrio Rebolo y no en uno de los momentos más calientes para probar a una joven promesa.

Junior es así, no lo he inventado yo

Si un entrenador va a venir a Junior debe entender que los aciertos serán como imperceptibles lucecitas en medio de la oscuridad de un descampado y los errores como un lanzallamas en una estación de gasolina. Lo bueno será reconocido hasta que el próximo resultado dicte totalmente lo contrario y lo malo será una razón más para que la emotividad de los Corleone de Curramba determine que otro proyecto deportivo duerme con los peces.

Que se haya trazado el bosquejo de un camino para que Juanfer juegue y haga jugar a los Sandoval, los Vélez y los Berdugo poco importará si Junior queda eliminado en la primera ronda de la CONMEBOL Sudamericana contra Deportes Tolima. Si eso ocurre, Arturo será historia patria y otro director técnico vendrá para vivir el mismo predicamento que sus predecesores.

Da pereza, no es procedente, está mal, aburre, cansa. Ojalá no suceda.

Mi humilde sugerencia para Reyes es que escuche, vea y sienta a Quintero: todo aquello que se relacione bien con el diez hay que mantenerlo en el campo, todo lo que lo desespere y entorpezca su titánica tarea de ser el cerebro más ingenioso del fútbol sudamericano debe estar lejos del verde césped. Ojalá tenga fortuna, la va a necesitar.

 

 

 

 

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