El empate 2-2 entre Once Caldas y Millonarios en Palogrande dejó más que goles y emociones deportivas. Sobre el final del encuentro, las miradas se desviaron hacia una escena cargada de tensión en la que Álvaro Montero, arquero y capitán del equipo bogotano, y David González, su entrenador, fueron protagonistas. Todo se dio en el contexto de un ambiente caldeado, que tuvo al portero como blanco de gritos desde la tribuna y derivó en una inusual reacción tras el pitazo final.
Durante el segundo tiempo, Montero fue protagonista en su propio partido con la hinchada local, respondiendo a los gritos y provocaciones con gestos que no pasaron inadvertidos. Fue amonestado por demorar una reanudación, lo que avivó el malestar en el estadio. Y tras el juego, la situación se intensificó: al recibir objetos desde la tribuna, en lugar de retirarse rápidamente, el arquero se detuvo a recoger algunas de las monedas que le lanzaban. A partir de allí se desencadenó un momento de tensión con un agente de policía, en el que David González intervino en defensa de su jugador.
Un segundo tiempo caliente entre Álvaro Montero y asistentes al estadio Palogrande
El partido en sí fue intenso. Y el empate 2-2 reflejó lo cerrado que fue el duelo. Pero más allá del marcador, lo que marcó la jornada para Millonarios fue el ambiente en contra que vivió su arquero. Álvaro Montero, constantemente abucheado desde la tribuna, respondió en varias ocasiones con gestos, lo que elevó la temperatura en las graderías.
En una de las jugadas más comentadas del segundo tiempo, Montero fue amonestado por el árbitro por demorar el reinicio del juego, lo que fue interpretado por parte de la afición local como una actitud provocadora. Desde entonces, cada intervención del arquero fue acompañada de silbidos y reclamos.
El ambiente terminó por desbordarse al final del juego. Mientras los jugadores de Millonarios abandonaban el campo, algunos aficionados ubicados en la tribuna occidental empezaron a lanzar objetos a la pista atlética, varios de ellos en dirección al portero. Lejos de apurarse para salir, Montero se detuvo y recogió varias monedas del césped, lo que encendió aún más los ánimos.
La reacción del policía y la intervención de David González
Ese gesto provocó la reacción de uno de los policías encargados de la seguridad en Palogrande, quien intentó acelerar la salida del arquero con un leve empujón, buscando evitar una posible agresión desde las tribunas. Fue en ese momento que David González apareció en escena para respaldar a su jugador.
El entrenador no dudó en intervenir directamente y cuestionar la actitud del uniformado, reclamando por el trato recibido por Montero. En palabras de David González, no se trató de un intento de agresión por parte del arquero, sino de una reacción natural ante una situación hostil que no fue gestionada adecuadamente por el personal de seguridad.
La explicación de David González de lo sucedido con Álvaro Montero
“Nuestro camerino tiene una parte que es abierta, da a la calle y cuando estábamos ahí nos tiraron de todo. Monedas, muchas cosas. Por eso tuvimos que encerrarnos un poco para que no existiera ningún accidente. Lo de Álvaro Montero, estoy parado con él cuando va saliendo y es al revés. Es el policía el que lo trata como si fuera un delincuente. Incluso al ver eso, me meto en la mitad y le digo al policía que no puede tratar así a un jugador”.
Con estas declaraciones, González dejó en claro que su intervención buscaba proteger a su futbolista ante una situación que pudo escalar a un conflicto mayor. Además, negó rotundamente que Montero haya tenido una actitud violenta o de confrontación hacia la autoridad.
Un capitán bajo presión y un DT que da la cara
La imagen de Álvaro Montero recogiendo monedas en medio de silbidos y lanzamientos es una de las postales más llamativas que dejó la jornada. Para muchos, fue un gesto desafiante; para otros, una respuesta simbólica frente a la provocación. Lo cierto es que expuso la tensión que vive el arquero en varios estadios del país, en especial cuando es el foco de reclamos por parte de las aficiones rivales.
Como capitán del equipo, su rol implica liderazgo, pero también moderación en momentos críticos. En este caso, su respuesta dividió opiniones, al igual que su manera de afrontar las tensiones con el público. No es la primera vez que Montero se cruza con hinchas rivales, pero esta vez la escena escaló por la falta de control externo.
Por su parte, David González volvió a demostrar el carácter que lo ha identificado desde su llegada al banquillo de Millonarios. No dudó en ponerse al frente de una situación que pudo haber terminado mal y salió a respaldar a su jugador con firmeza, pero también con argumentos.
En medio de una liga donde la relación entre jugadores, seguridad y público ha tenido varios episodios tensos, lo vivido en Palogrande suma un nuevo capítulo que pone sobre la mesa la importancia de protocolos claros para garantizar la seguridad de todos los actores del espectáculo, incluyendo futbolistas visitantes. Y también resalta la necesidad de contención y liderazgo dentro y fuera del campo, como lo intentaron ejercer Montero y su entrenador en una noche que fue más allá del resultado deportivo.