Deportivo Cali vive horas decisivas en su intento por resurgir deportiva y financieramente. Con la llegada de Alberto Gamero al banquillo técnico, la ilusión renació entre los hinchas del cuadro azucarero. Sin embargo, el exitoso entrenador samario ha puesto una condición clave para continuar con su ambicioso proyecto en la institución vallecaucana: el cumplimiento estricto de los compromisos económicos. Mientras el club negocia una millonaria inversión con un grupo empresarial centroamericano, crece la tensión por los retrasos en los pagos y las dificultades internas que podrían comprometer la continuidad del proceso liderado por Gamero.
Gamero arrancó con ilusión, pero dejó clara una cláusula
Hace diez días, Alberto Gamero asumió como nuevo director técnico del Deportivo Cali, seducido por el reto de reconstruir a un grande del Fútbol Profesional Colombiano (FPC). Aunque su llegada fue recibida con entusiasmo, el entrenador dejó sobre la mesa una condición innegociable: respaldo económico real y estabilidad contractual. Firmó hasta diciembre de 2026, pero con una cláusula que le permite dar un paso al costado si el club incumple de forma reiterada los pagos tanto a él como a su cuerpo técnico y jugadores. Su mensaje fue claro: sin garantías financieras, no hay proyecto que aguante.
La inversión extranjera que aún no se concreta en Deportivo Cali
El presidente del club, Humberto Arias Jr., aseguró a Gamero que el panorama económico mejoraría en corto plazo gracias a la inyección de capital por parte de IDC Network, un grupo inversor guatemalteco. Este conglomerado está a punto de adquirir el paquete mayoritario de acciones del club, y planea convertir al Cali en una Sociedad Anónima. El acuerdo inicial contempla un desembolso urgente cercano a los 10 millones de dólares, lo que permitiría saldar deudas acumuladas por más de dos meses y estabilizar al plantel profesional.
A futuro, la inversión total podría alcanzar los 55 millones de dólares, pero mientras esa cifra se formaliza, IDC actuaría como fondeadora para resolver las necesidades inmediatas. No obstante, la operación aún no está cerrada, y cada día que pasa sin confirmación alimenta la incertidumbre.
Primeras señales de alarma en el entorno del Cali
Pese al entusiasmo inicial, en las últimas horas empezaron a surgir señales preocupantes. La falta de liquidez ha frenado la llegada de tres refuerzos claves que Gamero tenía apalabrados. A esto se suma la renuncia del capitán Juan Sebastián Quintero, quien se marchó tras varios meses sin recibir salario. El entrenador, si bien sigue cumpliendo su agenda de entrenamientos, ha manifestado a su círculo más cercano cierta preocupación por el entorno, a pesar de mantener la paciencia.
La hinchada, consciente de lo fundamental que es Gamero para el resurgir del equipo, también empieza a inquietarse. Consideran que su presencia es estratégica, y cualquier eventual salida podría volver a hundir el proyecto deportivo y económico del club.
La dirigencia trabaja contra el reloj para evitar una crisis mayor
Los directivos del Deportivo Cali esperan concretar esta misma semana la llegada de los representantes de IDC Network a la ciudad. Si todo marcha sin contratiempos, los primeros recursos podrían empezar a fluir pronto y brindar el oxígeno financiero que tanto se necesita. Gamero ha pedido agilidad en la gestión, pues su continuidad depende directamente de ese respaldo inmediato.
El proyecto de salvación del Cali está en marcha, pero pende de un hilo. La llegada del dinero y la transformación estructural del club son pasos urgentes. De ellos depende no solo la gestión del nuevo cuerpo técnico, sino también la supervivencia institucional del equipo profesional.