La eliminación en los Cuadrangulares de la Liga BetPlay 2025-I ha sacudido al entorno de Atlético Nacional, luego de una dolorosa derrota como local ante Millonarios FC por 0-1. Sin posibilidades de defender su título, la presión sobre el actual entrenador, Javier Marcelo Gandolfi, ha aumentado considerablemente. Sin embargo, lejos de tomar decisiones apresuradas, la directiva del club ha decidido mantener su respaldo al técnico argentino.
Gandolfi sigue firme en el cargo: Nacional confía en su proyecto
Pese al enojo de gran parte de la afición, el presidente Sebastián Arango Botero fue claro al hablar con el diario El Colombiano de Medellín: el proceso de Gandolfi continúa, y no hay intención alguna de cesarlo. El entrenador tiene contrato vigente hasta diciembre de 2026 y, según Arango, goza de plena confianza por parte de la dirigencia.
“Nosotros tenemos la intención de que Gandolfi pueda cumplir su contrato, que va hasta 2026. Confiamos en sus capacidades y su forma de gestionar. Lo hacemos más allá de los resultados… lo respaldamos desde el primer minuto y lo seguimos haciendo por el bienestar de esta gran institución”.
Refuerzos, rediseño y nuevos objetivos para el segundo semestre
Con la ratificación del cuerpo técnico, ahora la atención se traslada a la planificación del segundo semestre. Nacional disputará los octavos de final de la Copa Libertadores frente a Sao Paulo y arrancará un nuevo torneo local. La consigna es clara: reforzar la plantilla y potenciar el modelo de juego con Gandolfi a la cabeza.
Arango confirmó que ya comenzaron los movimientos de fichajes: hay avances en las gestiones por el préstamo del defensor Stefan Medina, se están afinando detalles para el regreso del volante Sebastián Pérez y se espera el arribo del delantero uruguayo Facundo Batista, quien llegaría a reforzar la ofensiva.
“Vamos desde ya a revisar los contratos de nuestra plantilla, mirar posibles renovaciones y trabajar de la mano de Gustavo (Fermani) y de Javier (Gandolfi) cómo podemos robustecer nuestro plantel para los exigentes compromisos que se nos avecinan”.
Balance de Gandolfi: seis meses de luces y sombras
Gandolfi aterrizó en Nacional a mediados de enero de 2025, en reemplazo de Efraín Juárez. Su campaña ha estado marcada por la irregularidad, con picos de buen rendimiento que fueron apagándose conforme avanzó la temporada. En especial, el cierre del semestre dejó una imagen muy negativa, con la caída en casa ante Millonarios como símbolo del desgaste.
No obstante, el mayor respaldo al proceso del argentino se sostiene en la clasificación a octavos de la Libertadores, pese a una fase de grupos también irregular con tres victorias como local y tres derrotas como visitante. Ese logro, conseguido en un grupo complejo, le dio aire al proyecto y fue determinante para que la directiva reafirmara su confianza en él.
La palabra del DT: contrato, proyecto y convicción para continuar
En la rueda de prensa posterior a la eliminación, Gandolfi fue claro: no contempla la renuncia. Más allá del golpe sufrido en la Liga, reafirmó su compromiso con el proceso.
“Cuando llegué a la institución firmé un contrato por dos años, no lo firmé por objetivos… cuando firmo un contrato, firmo un proyecto. Sino, habría que cambiar el formato del contrato”.
Compromiso total pese al dolor de la eliminación
El técnico reconoció el dolor de la eliminación, en especial por tratarse de un club con un entorno altamente exigente. Aun así, se mostró firme en su determinación de seguir adelante.
“Obviamente dolido, como lo está el plantel, porque estamos acostumbrados a ganar. Es una institución donde empatar es perder”.
Y concluyó con una frase que resume su actitud ante la presión:
“Estoy con fuerza y 100% convencido de que esto es fútbol. Me duele, me deja triste… pero tanto cuando gano como cuando pierdo, el duelo es corto, porque no me quedo ni con una derrota ni con un triunfo”.
El reto está planteado: reconfigurar el camino sin renunciar al proceso
Con la eliminación ya consumada, Nacional se encuentra en un punto de inflexión: la dirigencia apuesta por la continuidad y la reestructuración en lugar del cambio abrupto. El proyecto Gandolfi sigue vivo, pero el segundo semestre será definitivo para medir su viabilidad a largo plazo.