La eliminación de Junior de Barranquilla ante América de Cali en los cuartos de final de la Copa BetPlay dejó expuesto a Alfredo Arias, un técnico que una vez más se queda corto en los momentos decisivos. El propio entrenador uruguayo justificó la caída aludiendo lo apretado del calendario y la necesidad de priorizar la Liga BetPlay, lo que lo llevó a alinear una nómina alterna en ambos juegos frente al conjunto escarlata. Sin embargo, sus decisiones han sido ampliamente cuestionadas por la afición y la prensa, que ven en esta eliminación un error de planificación y de lectura competitiva.
Las explicaciones de Arias tras la eliminación
En su análisis posterior al partido en el Pascual Guerrero, el entrenador fue claro en su postura:
“Cuando jugábamos la Copa llegábamos a los siguientes partidos de Liga siempre con algunos jugadores fatigados y cansados. Sin ninguna duda queríamos clasificar, sin ninguna duda que hicimos todo lo posible para ganar y seguir en esta competencia, pero la verdad es esa también, que cuando se juntaran las finales de ambas competencias nos iba a pesar muchísimo”, expresó Arias ante los medios.
Sus palabras reflejan una lectura que no convence. En un club con el poderío económico del Junior, la excusa de la falta de nómina no tiene mucho asidero. La familia Char, propietaria del equipo, ha invertido históricamente en plantillas amplias y competitivas. Por tanto, la explicación del técnico charrúa resulta insuficiente para una hinchada acostumbrada a exigir protagonismo en todos los frentes.
Una decisión que contradice la grandeza de Junior
Es cierto que el calendario del fútbol colombiano ha sido exigente, pero un club grande debe estar mentalizado para competir en más de un torneo. El Junior de Barranquilla es uno de los equipos más importantes y populares del país, con recursos suficientes para asumir simultáneamente la Liga BetPlay y la Copa BetPlay, sin necesidad de sacrificar una competencia por otra.
Arias priorizó la Liga, pero lo hizo en un momento en que el equipo ya tenía prácticamente asegurada su clasificación a los Cuadrangulares semifinales. Con 28 puntos y ubicado en la segunda posición, a Junior le bastará un triunfo más para sellar su paso entre los ocho, y aún restan cinco fechas de la fase regular para conseguirlo. En cambio, la Copa BetPlay tenía un formato de eliminación directa, donde una mala noche significa el adiós inmediato. En ese contexto, la elección del entrenador parece, cuanto menos, estratégicamente equivocada.
El contexto competitivo que ignoró Arias
Si bien en la Liga BetPlay Junior aún busca ubicarse entre los dos primeros lugares para ser cabeza de grupo y mejorar su posición en la tabla anual de reclasificación —que otorga cupo a la Copa Libertadores—, el torneo de Copa Colombia ofrecía una vía más corta hacia un título y una clasificación internacional, también. En este caso, Copa Sudamericana.
La decisión del entrenador de alinear suplentes ante un rival histórico como América de Cali, con una fuerte rivalidad que data de finales y cruces internacionales, fue un desacierto mayúsculo. El conjunto escarlata no vive su mejor momento, pero aun así eliminó a Junior en una llave que, por condiciones, favorecía ampliamente al cuadro barranquillero. Además, América tuvo que disputar el compromiso de vuelta a puerta cerrada, cumpliendo una sanción de Dimayor que le impedía contar con público en el Pascual Guerrero.
Era, sin duda, una oportunidad de oro para el cuadro rojiblanco de avanzar a semifinales, consolidar un proceso y pelear un trofeo que, aunque secundario, suma en prestigio y motivación.
Arias: falta de planificación y señales preocupantes
Las declaraciones del entrenador dejaron entrever una falta de previsión y una mentalidad poco competitiva. Un equipo de la envergadura de Junior no puede resignar torneos por problemas de fatiga cuando dispone de una nómina extensa, con nombres experimentados y recambios de jerarquía.
En las fases previas de la Copa BetPlay, Junior eliminó a Atlético Huila y Atlético FC, ambos de segunda división, utilizando también alineaciones mixtas y avanzando apenas por lanzamientos desde el punto penal. Esos antecedentes ya mostraban que el equipo no lograba imponer su jerarquía, y el cuerpo técnico no corrigió rumbo a los cuartos de final.
La rivalidad que volvió a pesar
Desestimar el valor simbólico y emocional de enfrentar al América de Cali también le costó caro a Arias. Se trataba de un duelo con historia y orgullo deportivo, donde Junior tenía la posibilidad de equilibrar un historial adverso frente al cuadro vallecaucano. Sin embargo, el técnico optó por un planteamiento sin la grandeza que Junior amerita, renunciando a la posibilidad de competir en igualdad de condiciones.
Con este resultado, América volvió a imponerse en una instancia directa ante Junior, manteniendo su dominio histórico en este tipo de enfrentamientos.
El historial sin títulos y la deuda de Alfredo Arias
La eliminación reavivó las críticas hacia Alfredo Arias, quien tras seis años de trayectoria en el fútbol colombiano no ha logrado coronarse campeón. Ha dirigido clubes de renombre como Deportivo Cali, Independiente Santa Fe e Independiente Medellín, sin alcanzar la gloria en ninguno de ellos.
En Barranquilla, el uruguayo parecía tener el escenario ideal: una nómina competitiva, respaldo dirigencial y una afición exigente. Pero su estrategia y su lectura limitada de las circunstancias lo alejaron de un objetivo que pudo significar un impulso anímico y profesional para él.
Esta eliminación en Copa BetPlay representa su primer gran fracaso al frente del Junior, una mancha que llega justo cuando el equipo parecía consolidarse en la Liga. Más allá del resultado, el episodio deja una sensación preocupante: un entrenador con discurso, pero sin resultados; con experiencia, pero sin la mentalidad ganadora que exige un club grande.