Controlar un balón, el arte de dominar la esférica con estética y dejarla a la merced de nuestros pies, botines o guayos. Así llega nuestra guía básica para los futbolistas aficionados.
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Las lecciones no las inculcan un maestro de Harvard con maestría en acondicionamiento deportivo, ni un erudito del “borde interno, borde externo y del empeine”, con un título llamativo de Oxford. Acá el “Profe” fue criado entre el Tetero, la Changua, el Ajiaco, la Bandeja Paisa, la Butifarra y el Cholao, su título universitario proviene de su mayor frustración al no ser “profeta” en el fútbol y su cátedra es dictada en las calles, bajo los árboles como si de filosofía se tratara.
Y es allí, en donde nace la lección del día de hoy, el conocimiento de las calles recae en el valor de este artículo en donde bajo sencillos pasos, demostraremos las virtudes del dominio de la esférica, a través de la rusticidad del barrio, del Espíritu Aficionado de los magos que nos entrega el fútbol de las calles.
¿CÓMO CONTROLAR UN BALÓN SIN MORIR EN EL INTENTO?
Esta guía básica, anti troncos, mufas y bufones, está diseñada para mejorar la condición técnica de los cracks del barrio, el refinado arte del control del esférico es fundamental, en los cotejos con los amigos, parceros, rivales, quién domina el balón, es el que terminará marcando la diferencia, pero antes de ello, debemos precisar en el carácter incauto de dicha cuestión, las llamadas “superficies de contacto” o como comúnmente se le conoce “con lo que se le puede pegar al balón”.
En este caso y para dejar en evidencia al autor de este artículo, es el mismo jugador el que debe decidir con qué parte del cuerpo recibirá el balón, dependiendo de la altura, claro está que hay locos bellos que hacen lo que quieren.
A ras del suelo: pie interior(dirían las señoras del barrio, la parte pa´dentro del pie) , exterior pie (la parte que va pa´fuera del pie) y planta del pìe (la suela, los taches o la goma).
Media altura: Pie interior (el mismo caso del de antes) y muslo (el pernil)
Altos: empeine(la parte de arriba del pie), pecho (los dijes de toda la vida) y cabeza (la tusta) .
La Amasada: Como al coger el rodillo y pasarlo por la harina, el balón queda completamente detenido al utilizar, en este caso, la planta del pie y queda más que claro que esta se lleva a cabo con los pases a ras de suelo.
Amortiguamiento: se disminuye velocidad pero la trayectoria será igual.
MODO EXPERTO
El dominio de esta técnica en el fútbol puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el terreno de juego. El jugador que logra dominarla tiene una clara ventaja sobre su oponente.
Este gesto no solo se limita a controlar el balón, sino que también se convierte en una herramienta efectiva para eludir a los defensores o para orientarnos de cara a una segunda acción. Al perfeccionar esta técnica, el jugador adquiere un mayor control sobre el juego, permitiéndole tomar decisiones rápidas y precisas.
Es importante destacar que el dominio de esta habilidad requiere de práctica constante y dedicación. Los jugadores que la desarrollan adecuadamente logran convertirse en verdaderos estrategas sobre el terreno de juego.
Como una gran categoría, “Para Sobrarla” está reservada para aquellos jugadores diferentes que se jactan por su gran técnica, su dominio con el esférico no es convencional, un balón aéreo puede ser amortiguado con el pecho, para cobijarlo y dejarlo dormido allí.
Usualmente este tipo de dominio es exclusivo para aquellos magos del esférico que se burlan de sus rivales.
#EspírituAficionado
