¿Un árbitro felicita a un jugador por un golazo? Esa curiosa consulta se la hicimos a un árbitro que ha tenido a cargo múltiples partidos en el fútbol de barrio y la experiencia es valiosa.
En el frenesí competitivo del fútbol de barrio, en el que cada partido es una experiencia competitiva al 100% y cada gol es motivo de celebración, surge la cuestión: ¿Puede un árbitro felicitar a un jugador por un golazo? La respuesta es un rotundo sí y contamos el porqué, tal cual nos lo dijo uno de ellos:
@futbolete ¡La amistad entre árbitro y jugador existe! 😊 Después de insultos, malos tratos e incluso errores de ambos lados, las felicitaciones también se deben dar cuando los jugadores deslumbran con sus goles. ⚽ Así es la historia de cuando un árbitro de fútbol aficionado se hace amigo de un jugador. 🤝 #futbol #futbolbogotano #futbolaficionado #bogota #arbitros ♬ Lo-fi hip hop – NAO-K
“Después de que termina el partido obviamente uno va y le dice al jugador: ¡Qué golazo, felicitaciones! Ya es algo de amistad. La mayoría de jugadores son nuestros amigos. Todo se queda en el rectángulo de juego. Ya cuando uno lo ve en otro lado, somos amigos. Eso es lo bueno de este deporte”.
Más de la experiencia del árbitro ante un golazo
En el corazón del juego, donde las reglas y la emoción se entrelazan, un jugador destaca con un gol que también llama la atención del árbitro. En lugar de limitarse a su papel tradicional de imparcialidad, el árbitro reconoce la genialidad del momento y decide romper con la norma, eso sí, ya con el partido finalizado.
Imaginen la escena: el balón se eleva desde fuera del área y se estrella en la red con una precisión asombrosa. Y entonces el árbitro, también asombrado, debe guardarse su emoción. En ese momento debe limitarse a señalar el centro del campo. Lo demás lo deja para el final. Es ahí cuando se acerca al goleador con una sonrisa de admiración y le extiende una mano firme en señal de reconocimiento.
Este gesto demuestra que el fútbol es más que un conjunto de normas y decisiones arbitrales. Es una expresión viva de la pasión, la habilidad y la camaradería. Cuando un árbitro reconoce públicamente la destreza de un jugador, crea un momento que va más allá de la competencia y resalta la esencia misma del juego: la celebración del talento, sin importar el lado en el que te encuentres.