Una invasión al campo de juego en forma ordenada para festejar un título. Suena ilógico, pero esto fue posible en la Primera División del fútbol en Suecia, donde se coronó campeón el Djugardens.
Ojo porque había razones de peso para hacer un festejo eufórico, puesto que este club llevaba 15 años sin quedar primero. Sin embargo, se impuso la cordura, hasta cierto punto controlada porque no todo es perfecto en este tipo de festejos. Tampoco fue algo robotizado, pero sí hubo un momento de control para mantener el orden, en medio de la alegría contenida por cientos de simpatizantes que invadieron el campo de juego tras el pitazo inicial.
Los hinchas entraron al terreno de juego, mientras que las autoridades hicieron un cordón de seguridad en un sector del campo, aislando a la fanaticada por escasos metros de los jugadores, quienes pudieron celebrar en perfecta calma.
Claro, la bajada de los hinchas desde las graderías es la que tradicionalmente ocurre cuando pasan estas cosas. Lo que deben notar es la manera en que el centro del campo se ordenó. Y cuando todo estaba perfectamente demarcado hubo total respeto para no causar estragos en un momento de plena euforia.
