El fútbol europeo tiene un nuevo protagonista que pocos imaginaban. El Kairat Almaty, el club más tradicional de Kazajistán, hizo historia al clasificar por primera vez a la fase de grupos de la UEFA Champions League. Tras superar cuatro rondas previas, el equipo selló su boleto al derrotar al Celtic de Escocia en una dramática tanda de penales que dejó como héroe al joven arquero Temirlan Anarbekov, quien atajó tres disparos decisivos.
La hazaña no solo marca un hito deportivo, sino que también pone en el mapa a un club lleno de curiosidades y con una historia tan rica como sorprendente. Aquí te contamos tres datos increíbles que explican por qué el Kairat Almaty es hoy el equipo del que todo el mundo habla.
1- Juega de local a más de 5 mil kilómetros del corazón de Europa
Para dimensionar al equipo de la hazaña: más de 5.000 kilómetros separan a Almaty, hogar del Kairat, del centro de Europa. Ciudades como Dubái (4.300 km), Kabul (4.700 km) o incluso Yaoundé (4.800 km) están más cerca que el epicentro del fútbol europeo. En la serie contra el Celtic, el dato quedó grabado en los registros históricos: 5.692 kilómetros entre Glasgow y Almaty.
Almaty está incluso más lejos que Astana, llevando la Champions a un territorio que prácticamente roza la frontera con China. Y aunque suene increíble, esta presencia en Europa es posible gracias a un detalle clave: el cinco por ciento del territorio kazajo que se encuentra en el continente europeo.
2- Una clasificación que desafía la geografía
Uno de los datos más llamativos de este club es su ubicación geográfica. Almaty, la ciudad donde juega el Kairat, está a más de 1.500 kilómetros de China y es considerada la puerta de Asia Central. De hecho, con su clasificación, el Kairat se convirtió en el club más oriental de la historia en disputar la fase de grupos de la Champions League.
El camino hasta este logro fue todo menos sencillo. El equipo tuvo que superar cuatro rondas previas:
- En la primera ronda venció al Olimpija Ljubljana.
- En la segunda, eliminó al KuPS de Finlandia.
- En la tercera, dejó atrás al Slovan Bratislava en otra tanda de penales emocionante.
- Y en el playoff definitivo, igualó 0-0 con Celtic en los dos partidos y ganó 3-2 en penales, con el arquero Temirlan Anarbekov como gran figura.
Para un club que hasta hace poco figuraba en el puesto 266 del ranking UEFA, llegar a la fase de grupos es un salto monumental que rompe con cualquier pronóstico.
3- Temirlan Anarbekov, el héroe inesperado para entrar al cuadro de la Champions League
Si hay un nombre que ya quedó grabado en la historia del Kairat, es el de Temirlan Anarbekov. El joven portero, que comenzó la temporada como suplente, tuvo que entrar de emergencia en el primer partido contra Celtic por lesión del titular. Lo que parecía un papel secundario se convirtió en la gran historia de la clasificación:
- Atajó tres penales decisivos en la tanda contra el equipo escocés.
- Se ganó el reconocimiento de los hinchas y la admiración del país entero.
- Se convirtió en símbolo de la resiliencia y el espíritu combativo del club.
Con apenas 21 años, Anarbekov no solo fue el héroe de la noche, sino también el rostro de una generación de jóvenes talentos que el club ha sabido cultivar gracias a su academia y a su alianza estratégica con el Sporting de Lisboa.
Por qué los equipos de Kazajistán juegan las competencias UEFA como la Champions
La disolución de la Unión Soviética en 1991 no solo redibujó fronteras políticas, también reconfiguró el mapa deportivo. En ese nuevo escenario nació la Federación de Fútbol de Kazajistán, que inicialmente se afilió a la Confederación Asiática (AFC) en 1994. Sin embargo, en 2002 tomó una decisión que cambió su historia: pasarse a la UEFA.
¿La justificación? Apenas un 5% del territorio kazajo, situado al oeste de los montes Urales, forma parte geográfica de Europa. Ese pequeño porcentaje bastó para que los clubes kazajos tuvieran acceso a las competiciones más importantes del continente: Champions League, Europa League y Conference League.
Desde entonces, su presencia en el fútbol europeo no ha dejado de generar debate. Para muchos rivales, enfrentarse a un equipo de Kazajistán significa lidiar con viajes eternos, cambios de horario extremos y un desgaste físico considerable, elementos que hacen aún más singular cada enfrentamiento.
Un estadio con historia y un presente ambicioso
El Kairat juega de local en el Estadio Central de Almaty, construido en 1958 y con capacidad para casi 24.000 espectadores. Este escenario, testigo de las épocas doradas del club en la liga soviética y en el fútbol kazajo, ahora se prepara para recibir por primera vez partidos de fase de grupos de Champions League.
El impacto de esta clasificación va más allá del deporte: se espera que impulse la economía local, fortalezca el interés por el fútbol en Kazajistán y proyecte a jugadores jóvenes hacia mercados más competitivos en Europa.
Kairat Almaty, un club con raíces soviéticas y corazón kazajo
El Kairat Almaty no es un club improvisado. Fundado en 1954 bajo el nombre de Lokomotiv Alma-Ata, fue el único equipo kazajo que jugó en la Primera División de la Unión Soviética, acumulando 24 temporadas en la máxima categoría. En aquel tiempo se ganó el apodo de “El equipo de la nación”, ya que representaba a todo Kazajistán en el fútbol soviético.
Su legado histórico incluye títulos importantes a nivel nacional: ha ganado la Liga Premier de Kazajistán en cuatro ocasiones (1992, 2004, 2020 y 2024) y ostenta un récord de 10 Copas de Kazajistán, consolidándose como el club más laureado del país. Hoy, casi 70 años después de su fundación, el Kairat honra esa herencia con una proeza que lo catapulta al escenario más prestigioso del fútbol mundial.
Más que un club, un símbolo
El Kairat Almaty no solo representa a Kazajistán en la Champions League: simboliza el crecimiento del fútbol en regiones que, hasta hace unos años, parecían lejanas del mapa europeo. Su éxito es fruto de un proyecto sólido que combina inversión, formación de talento y pasión por el deporte.
Con esta clasificación, el club se suma a nombres históricos como Astana, el único otro equipo kazajo que había llegado a la fase de grupos en 2015. Ahora, el Kairat no solo sueña con competir, sino con dejar su huella en el torneo más prestigioso del mundo.