Las jugadoras de fútbol de Corea del Sur han alzado la voz, pidiendo igualdad y mejores condiciones laborales en su profesión. En una serie de declaraciones públicas, las futbolistas han resaltado la necesidad urgente de un trato justo y la mejora de las condiciones laborales para asegurar un entorno de trabajo seguro y equitativo.
Las jugadoras coreanas han señalado que enfrentan disparidades significativas en comparación con sus homólogos masculinos, tanto en términos salariales como en el acceso a instalaciones y recursos de entrenamiento. “Queremos ser tratadas con el mismo respeto y dignidad que los jugadores masculinos“, afirmó una de las líderes del movimiento.
Además, han subrayado la importancia de recibir un apoyo adecuado en temas de salud y bienestar, incluyendo el acceso a atención médica especializada y políticas que protejan sus derechos laborales y personales.
Las condiciones laborales son otro punto crítico en las demandas de las jugadoras. Han denunciado largas horas de entrenamiento sin compensación adecuada y la falta de medidas de seguridad y bienestar en sus lugares de trabajo. Estas condiciones no solo afectan su rendimiento en el campo, sino también su salud mental y física a largo plazo.
El llamado a la acción incluye la implementación de contratos justos y transparentes, así como la garantía de que las jugadoras tengan voz y voto en las decisiones que afectan sus carreras y vidas personales.
El movimiento de las jugadoras de Corea del Sur ha recibido apoyo de diversas organizaciones internacionales y de colegas futbolistas de otros países. Este respaldo subraya la universalidad de la lucha por la igualdad de género en el deporte y la necesidad de un cambio sistémico.
La lucha de las jugadoras coreanas es un recordatorio de que el camino hacia la igualdad y las condiciones laborales justas es un desafío global que requiere la atención y el esfuerzo de todos los sectores del deporte.