Palabra de capitán. América de Cali disminuyó su margen de error en cuadrangulares y esa es la respuesta que da Adrián Ramos. ¡CARÁCTER!
El empate ante Once Caldas en el Pascual Guerrero (1-1) dejó un sabor agridulce para América. El equipo aún no logra sumar una victoria y los resultados recientes han generado dudas en la hinchada. En medio de este panorama, las palabras del capitán Adrián Ramos se alzan como un llamado a la resiliencia: “Ahora hay que mostrar el carácter, tener la paciencia y saber esperar el momento para poder marcar goles”.
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“Hay un momento muy influyente para lo que resta, que va a ser en Ibagué, para poder sumar de a 3. Va a ser un partido duro”. pic.twitter.com/Ise1UsZtoS
— América En La Red (@Americaenlared) November 25, 2024
El líder escarlata no esquivó la realidad. América acumula una sola victoria en sus últimos 11 partidos, un registro preocupante para un club con aspiraciones de título. Sin embargo, Ramos, con su experiencia, enfatizó la importancia de mantener la calma y confiar en el trabajo del equipo. Sus declaraciones reflejan no solo la necesidad de ajustar detalles tácticos, sino también de fortalecer la mentalidad del grupo en este momento crucial.
La paciencia a la que alude el capitán no significa conformismo. Al contrario, es una invitación a no desesperarse frente a las adversidades, a construir el camino hacia el triunfo con cabeza fría y decisiones acertadas. Ramos entiende que América necesita reencontrarse con su mejor versión, esa que hizo vibrar al Pascual en otras etapas del torneo, pero sin caer en la ansiedad que puede jugar en contra en partidos decisivos.
El próximo reto será vital para las aspiraciones del equipo y Adrián Ramos se perfila nuevamente como la voz de liderazgo dentro y fuera del campo. Su mensaje a la hinchada y al grupo es claro: es momento de demostrar carácter, enfrentar las críticas con trabajo y esperar el momento para marcar la diferencia. En un torneo donde cada detalle cuenta, América aún tiene tiempo para reaccionar y demostrar que puede estar a la altura de su historia y su hinchada.
