Uno de los temas que más expectativa generó en Atlético Nacional durante el mercado de fichajes de mitad de año ha quedado resuelto: Jorman Campuzano continuará en el equipo verdolaga. Luego de finalizar su préstamo con el club antioqueño, la duda sobre si volvería a Boca Juniors o seguiría en Medellín se mantuvo latente. Ahora, con un acuerdo cerrado, se confirmará que el volante de 29 años seguirá siendo parte fundamental del proyecto deportivo hasta junio de 2028.
La negociación implicó una inversión importante por parte del equipo colombiano. Extraoficialmente se habla de que Atlético Nacional acordó con Boca la compra definitiva de los derechos deportivos de Campuzano, por una cifra cercana a los 1.7 millones de dólares. El acuerdo ya es verbalmente definitivo, y solo resta la firma formal del contrato para oficializar la operación. Así, el club antioqueño refuerza su plantilla con una de sus piezas clave sin necesidad de buscar fuera.
El año que devolvió a Jorman Campuzano al nivel top
Campuzano regresó a Atlético Nacional en 2024 luego de varios años en el fútbol argentino, donde jugó en Boca Juniors y también tuvo una cesión al fútbol turco. Su retorno a Medellín, donde había brillado antes de ir a Boca en 2019, se dio en calidad de préstamo. Desde el primer partido mostró que seguía teniendo jerarquía, buen posicionamiento y liderazgo en la mitad del campo.
En ese año volvió a consolidarse como titular y fue determinante en la obtención de los tres títulos locales que celebró el club: la Liga BetPlay, la Copa Colombia y la Superliga. Su regularidad, experiencia y conexión con la hinchada lo convirtieron rápidamente en una de las prioridades para asegurar su continuidad. Era evidente que no era un jugador más: era el eje del mediocampo.
La gestión de Atlético Nacional para asegurar la continuidad de Jorman Campuzano
Con el préstamo finalizado a mitad de 2025, Campuzano debía volver a Boca Juniors. El club argentino esperaba su regreso, ya que tenía contrato vigente, y desde Medellín no era claro si se contaba con los recursos para hacer una compra. Sin embargo, la dirigencia de Atlético Nacional entendió que asegurar a Campuzano era una inversión estratégica.
Durante varias semanas se sostuvieron conversaciones con el equipo xeneize, que finalmente aceptó una oferta por la transferencia definitiva. Nacional pagará cerca de 1.7 millones de dólares por sus derechos y firmará con él un nuevo contrato hasta junio de 2028. El movimiento refleja no solo un esfuerzo económico importante, sino una decisión clara: mantener la base del equipo que dio resultados y evitar perder referentes en medio de la competencia internacional.
Un fichaje que ya conoce el club y un referente de la afición verdolaga
Una de las mayores ventajas de la continuidad de Campuzano es que no se trata de una apuesta, sino de una certeza. El mediocampista ya demostró estar en forma, adaptado al ritmo del fútbol colombiano y alineado con la idea de juego del cuerpo técnico. Su presencia garantiza equilibrio, salida limpia, recuperación y liderazgo, especialmente en contextos de presión.
De cara a los octavos de final de la Conmebol Libertadores y al reinicio de la Liga BetPlay, retener a Campuzano es casi como hacer un fichaje de lujo. En lugar de incorporar a un nuevo volante que deba adaptarse, Nacional apuesta por el que ya está probado y que, además, expresó su deseo de seguir en el equipo. Esa disposición del jugador fue clave para acelerar los tiempos y cerrar la negociación.
Una operación que refuerza el proyecto de Atlético Nacional
El caso Campuzano refleja una estrategia clara del club: fortalecer desde la continuidad. En un mercado en el que los traspasos y salidas abundan, mantener piezas valiosas es tan importante como contratar. Con esta operación, Nacional no solo se asegura a uno de los mejores volantes del país, sino que también envía un mensaje a su hinchada: hay un proyecto sólido que se quiere sostener en el tiempo.
Ahora, con el acuerdo sellado y el contrato a punto de firmarse, Jorman Campuzano se alista para seguir vistiendo la camiseta verdolaga, esta vez con vínculo definitivo. Será una de las banderas del equipo para lo que viene, en un semestre que promete emociones fuertes y en el que su presencia será determinante tanto en lo futbolístico como en lo anímico.