Camilo Henao
Camilo Henao

Millonarios, una alegría que contagia al fútbol colombiano


Se suele decir que el fútbol es ante todo un estado de ánimo y esto se evidencia con mayor fuerza en las finales o encuentros decisivos. No siempre gana el mejor equipo, a veces el jugador más discreto puede anotar un gol y convertirse en la figura del partido.

Hace pocos días Millonarios se coronó campeón de la liga colombiana. Fue una final intensa, sufrida y que se prolongó hasta definición de los cobros desde los doce pasos, en donde el conjunto ‘azul’ alcanzó su estrella número 16, luego de vencer a un incómodo Atlético Nacional, quien mostró posiblemente, la versión más opaca de los últimos años, lejos del fútbol de ataque y con el balón en los pies que suele proponer; pero incluso y con todo esto, estuvo muy cerca de llevarse el partido.

Hoy y con el beneficio de conocer con el resultado del partido resulta más fácil exaltar la propuesta de un equipo o criticar la forma de jugar del otro. Pero considero que en el caso vale la pena analizar algunos aspectos y así identificar ciertas lecciones que nos dejó el torneo colombiano.

Millonarios hizo muchas cosas buenas, no sólo ahora, sino en los últimos años en donde apostó por un proceso serio, estructurado y bien diseñado, que promovió a jugadores de la cantera y que se supo reforzar en las posiciones más sensibles de la cancha, lejos de los fichajes mediáticos y extremadamente costosos para nuestro medio, que usualmente no suelen salir bien, como le sucedió al Junior de Barranquilla. Su técnico, Alberto Gamero, un tipo auténtico, serio y trabajador, se superó año a año y creó la mejor versión de su plantel para este primer semestre de 2023.

El futuro cercano para el equipo ‘embajador’ es alentador. Tiene jugadores con gran proyección como Llinás, Cortés y Beckham Castro que seguramente, serán vendidos al fútbol internacional, dejando un capital importante para las finanzas. Además, cuenta con una base consolidada en sus diferentes líneas: Montero, Juan Pablo Vargas, Silvia, Cataño, Leonardo Castro y hasta Uribe en la delantera.

Ser campeón de la Liga BetPlay I-2023 deja algunos réditos económicos, la Federación Colombiana de Fútbol entrega un premio de 500.000 dólares y otorga un cupo directo en la fase de grupos de la edición siguiente de la Copa Libertadores, con una asignación de 3 millones de dólares por su partición y una bonificación extra de 300.000 dólares por cada partido ganado en esa primera instancia.

Anarquía verde

Por el lado de Nacional ocurre todo lo contrario. Es un equipo que cuenta con infraestructura de primer nivel y ejemplo en el continente, tiene un trabajo en las divisiones inferiores que produce jugadores que nutren al primer equipo y varios equipos del país, cuenta además con el respaldo económico de la organización Postobón para fichar jugadores y técnicos a su antojo. A pesar de este poderío, su mayor deficiencia no está en la cancha, sino en su directiva y en la continua participación de los accionistas y propietarios de la empresa de gaseosas. Su técnico, el brasileño Paulo Cesar Autori actúa más como un asesor o manager del equipo, que como el responsable de tomar las decisiones.

Es irónico, pero incluso el poder económico, sino es ejecutado adecuadamente resulta contraproducente para la consecución de resultados; el equipo verde, no pudo unir en un mismo objetivo a la directiva, el técnico, los jugadores y la hinchada.

Mientras no se controle esta anarquía presente en cada una de sus partes, será muy difícil producir un cambio en el rumbo que ha tomado el conjunto. Cada vez más lejos parece el recuerdo de todo lo bien que hicieron en el año 2016, con Reinaldo Rueda a la cabeza y cuando salieron campeones de la Copa Libertadores de américa y fueron reconocidos en el continente por gran parte de la comunidad del fútbol por su manera de jugar y destacando muchos de los valores que hoy parecen haber olvidado.

Un proceso serio produce resultados

Hagamos una breve pausa, y también reconozcamos el papel de la hinchada de los dos equipos y no solo en las finales disputadas, sino a lo largo de todo el campeonato. Su fanatismo, asistencia al estadio y amor por los colores de su equipo superan incluso las limitaciones en el juego y la consecución de resultados. Son, sin duda, las dos aficiones más fieles y activas del fútbol colombiano.

A veces, y como nos suele pasar como sociedad, los límites se suelen cruzar sin mayor respeto, pero en este caso, felizmente, el comportamiento fue correcto y responsable.

Volvamos ahora a lo que nos corresponde, lo hecho por Millonarios este año es muy positivo, y en medio de lo incomprensible que resulta el torneo local, hoy es un ejemplo de gestión y puede si continua con este rumbo, consolidar su modelo y prolongar las victorias tanto en el país como en el fútbol continental.

Las finales en el fútbol se definen por los pequeños detalles, fue así como un penalti decidió al ganador de esta gran final, luego de jugar más de 28 encuentros. Con las victorias y los títulos resulta más fácil respaldar los procesos; pero incluso si los resultados no acompañan siempre, este será el camino más fiable para conseguir los objetivos.

Millonarios no es ajeno a otros casos que se destacan en el mundo, lo vimos el último año en Europa con el Manchester City, en Argentina con River Plate y en el fútbol de selecciones con Argentina, Francia o Croacia, por sólo citar algunos ejemplos.

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