Camilo Henao
Camilo Henao

Ganar con identidad


Para dejar de lado las especulaciones más sensibles, digamos que ‘Pep’ Guardiola contó durante los últimos siete años que lleva como director técnico del Manchester City, con un presupuesto ilimitado, que lo llevó a conformar una plantilla de jugadores a su antojo, superando los 1.300 millones de dólares en fichajes.

Durante este período y junto a su más reciente título en la Champions League obtenido contra el Inter de Milán en la final de Estambul y que ganó por la mínima diferencia en un partido cerrado y muy disputado, el técnico español acumuló 14 título al mando del conjunto inglés: Cinco Premier League, cuatro Copas de la Liga, dos Community Shield y dos FA Cup.

Para este 2023 consiguió coronarse en los tres trofeos que ha disputado y todo parece indicar que podría alcanzar la mítica cifra de los seis campeonatos, un récord que lo ubicaría en el Olimpo del fútbol mundial, emulando su registro conseguido con el Barcelona.

Desde lo numérico y estadístico se trata de algo muy difícil de alcanzar y que lo ubica en el pedestal del equipo azul de la ciudad de Manchester, un conjunto que durante sus primeros 130 años fue un muy modesto animador y quien deambuló por varias divisiones del fútbol inglés sin mayor repercusión.

Hoy la figura de Guardiola invita a acuñar junto a su carrera como director técnico una serie de adjetivos que lo tiene como una de las figuras más ganadores y transgresores del fútbol. Pero qué es lo que es lo que lo que lo hace diferente y particular para ser tenido en cuenta en este selecto grupo. Formado como jugador y técnico en ‘La Masía de Can Planes, la academia formativa del Barcelona Fútbol Club’.

Allí aprendió los pilares más importantes de este deporte y que lo sumergieron con en el más genuino estilo de uno de sus maestros formadores: el célebre Johan Cruyff. Cuando Guardiola con su figura delgada y alargada, manejaba los tiempos del mediocampo ‘Culé’, con su legendario número 4 en la camiseta. En ese entonces el técnico de origen holandés le enseñó de manera prematura una de sus más importantes lecciones: “Si tocas el balón de primera, juegas muy bien; sí la tocas dos veces, lo haces bien; pero si lo haces tres veces, lo haces muy mal”.

Así construyó su identidad en el campo de juego. En sus equipos todos los jugadores son importantes para defender y para atacar; no existen las excepciones. Es por esto que no sorprende que un defensa central o que un volante de marca sea el que termine anotando el gol que le dio el triunfo de la última Champions League. Los puestos fijos son reemplazados por la oportunidad para atacar el espacio libre. Una vez más se reafirma uno de sus conceptos principales: en el fútbol es más importante llegar, que estar. La dinámica es una necesidad imprescindible para expresas su idea.

El afán, un enemigo de la prensa

Solo los periodistas necios son los que se quedan con una visión apresurada y ligera de cómo se jugó este partido y con la misma rapidez que produce el querer emitir un comentario concluyen de forma básica que fue un partido ‘amarrete’ y con poco espectáculo.

Pero es que este tipo de encuentros ofrecen la oportunidad de ver las cosas desde una óptica diferente. Para reconocer a los valientes en un partido, aunque esto implique desprotegerse en defensa, o incluso quedarse a un paso de la victoria, tal y como le ocurrió a Guardiola en oportunidades pasadas.

En el fútbol actual puede ser suficiente para ganar un partido o incluso una final, plantear como estrategia de partido que sea simplemente el no dejar jugar al oponente, cortarle cada una de sus variantes y limitarse a esperar que se equivoque el contrario.

El sabor que deja cada victoria

La gloria, ese lugar reservado para quienes se atrevieron una y mil veces, quienes, a pesar de sus debilidades, decidieron ir más allá; los que son valientes, no porque desconocen sus falencias, sino porque incluso con ellas, lo dan todo por conseguir su objetivo. Esos que se hacen más fuertes cuando van con el resultado en contra, o quienes sienten una fuerza extra, a pesar que uno de sus compañeros haya salido lesionado.

Guardiola lo hizo de nuevo; es cierto, antes tenía a Iniesta, Xabi, Puyol y a un tal Messi, pero, aunque sus intérpretes ahora sean otros, su identidad se mantuvo y hasta la potenció para aprovechar a cada jugador, con virtudes, incluso aquellas que los mismos integrantes desconocían tenerlas.

Llegar a esta meta no fue fácil, incluso para él, varias veces se quedó en el camino, se lo cuestionó y las dudas se hicieron continuas; pero como lo anticipó antes de esta final. Vamos a salir a ganar, pero si no lo conseguimos, el próximo año lo volveremos a intentar y así cada año, hasta que sea la copa sea nuestra. Al final no hay un fin mayor que el ser fiel a lo que uno cree y conseguir los objetivos con y a pesar de esta propia naturaleza.

En esta oportunidad el que ganó fue el fútbol, algo que no siempre ocurre, en parte por la inmediatez de querer conseguir los resultados y por la soberbia que acompaña el poder del dinero en este deporte. Ganaron las ideas, la capacidad que puede tener un director técnico para hacer mejor jugador a cada integrante, y repito, esto no siempre ocurre, pero hoy sucedió.

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