El nombre de Hernán Torres vuelve a sonar con fuerza en Millonarios. Tras la salida de David González y en medio de un presente difícil, el técnico tolimense se perfila como el principal candidato para tomar nuevamente la dirección técnica del equipo, doce años y medio después de su primera etapa en el banquillo albiazul.
Su paso por el club, entre 2012 y 2013, dejó recuerdos imborrables. Algunos de gloria, como la histórica estrella 14 que rompió 24 años de sequía; y otros de dolor, como campañas internacionales que quedaron en deuda y derrotas que aún hoy generan debate.
El mayor logro de Millonarios con Hernán Torres: la estrella 14
El capítulo más brillante de Hernán Torres en Millonarios llegó en diciembre de 2012. En apenas seis meses de trabajo tras reemplazar a Richard Páez, el técnico logró consolidar un equipo sólido, ofensivo y con carácter que dominó de principio a fin el Torneo Finalización.
Millonarios lideró durante 17 jornadas consecutivas en la fase de Todos contra Todos, un récord histórico para el club. Y en una final llena de drama ante Independiente Medellín, conquistó el título en los penales, devolviendo a El Campín una celebración que se había postergado durante casi un cuarto de siglo. Ese campeonato no solo sumó la estrella 14 al escudo, sino que devolvió al equipo su identidad de grande.
La Sudamericana 2012: una ilusión que rozó la gloria internacional para Millonarios
En paralelo al torneo local, Millonarios vivió una de sus campañas internacionales más recordadas. En la Copa Sudamericana 2012, el “Ballet Azul” avanzó hasta semifinales con actuaciones destacadas y una propuesta que ilusionó a toda su hinchada.
El camino se detuvo en esa instancia frente a Tigre de Argentina, en una serie que se definió por el gol visitante. Aunque la eliminación dolió, el equipo mostró que estaba para competir de igual a igual a nivel continental, reforzando el prestigio internacional del club.
El lado oscuro de Hernán Torres en Millonarios: Libertadores y el dolor en el Bernabéu
No todos los capítulos de la era Torres fueron positivos. En 2013, Millonarios protagonizó una de sus campañas más discretas en la Conmebol Libertadores. El equipo sumó apenas tres puntos en seis partidos de fase de grupos y quedó eliminado tras cinco derrotas frente a Corinthians, Tijuana y San José de Oruro.
A este tropiezo se sumó una herida simbólica que todavía duele en parte de la hinchada: el 8-0 sufrido frente al Real Madrid en el Trofeo Santiago Bernabéu, un amistoso disputado en septiembre de 2012. Aunque no tuvo consecuencias deportivas, ese marcador abultado se convirtió en uno de los recuerdos más incómodos de su gestión.
Las finales que se escaparon
En 2013, Millonarios tuvo dos oportunidades más de levantar trofeos con Torres al mando: la Superliga (vs Santa Fe) y la Copa Colombia (vs Atlético Nacional). Sin embargo, en ambos torneos el equipo se quedó corto, perdiendo en las finales y dejando la sensación de que, aunque competitivo, el proyecto no logró sostener el mismo nivel del título de Liga.
Esos resultados adversos, sumados al desgaste natural de una relación exigente con la hinchada, marcaron el final de su ciclo en el club.
Los números de Hernán Torres como DT de Millonarios en 2012-13
En total, Hernán Torres dirigió 110 partidos con Millonarios: 49 victorias, 28 empates y 33 derrotas. Además del título de Liga, alcanzó las semifinales de la Sudamericana, disputó finales de Superliga y Copa, y llevó al equipo a la Libertadores, aunque con una actuación para el olvido. Ese balance deja claro que su paso por el club fue un ciclo de contrastes: momentos de gloria que devolvieron la ilusión y otros que marcaron el límite de su proyecto.
Un posible segundo capítulo de Hernán Torres con Millonarios
Hoy, el regreso de Torres no solo es una posibilidad deportiva, sino también emocional. Su conocimiento del club, su carácter y su historial ganador lo convierten en una opción lógica para intentar recomponer el camino de un Millonarios que atraviesa un inicio de semestre para el olvido.
Pero también es un desafío mayor: el contexto es distinto al de hace más de una década, con una hinchada más exigente, un plantel que necesita ajustes y compromisos internacionales que exigen regularidad.
Si se confirma su regreso, el técnico tendrá la oportunidad de escribir un segundo capítulo en el que buscará repetir los momentos de gloria y, sobre todo, evitar los errores del pasado para devolver al equipo al protagonismo que su historia demanda.