La partida de Miguel Ángel Russo ha dejado un profundo vacío en el fútbol. A sus 69 años, el técnico pasó sus últimos días en su casa de Palermo, Argentina, rodeado de su familia, amigos y colaboradores más cercanos. Su historia final fue coherente con la forma en que vivió: ligada al fútbol, con su pasión intacta hasta el último instante.
Durante su internación domiciliaria bajo cuidados paliativos, Russo hizo un pedido muy particular: que lo vistieran con la ropa de Boca Juniors, el club al que dirigía en sus últimos meses de vida. Así lo informó TyC SPORTS. Fue su voluntad pasar a la eternidad como entrenador “xeneize”, el último en ganar la Copa Libertadores con ese escudo.
Russo, un DT que no soltó el buzo de Boca
Pese a su delicado estado de salud, Russo nunca quiso dejar de involucrarse en el día a día de su equipo. Su cuerpo técnico lo visitaba con frecuencia para mantenerlo al tanto de lo que ocurría en los entrenamientos. Incluso le enviaban material táctico y videos para que los analizara, como lo hacía desde el banco.
Uno de los momentos más emotivos ocurrió el fin de semana previo a su muerte, cuando Juan Román Riquelme, su amigo y actual presidente del club, lo visitó para hablar de fútbol. “Lo encontró activo, con buen semblante”, relataron desde su entorno. A pesar de su fragilidad física, su mente seguía conectada a la pelota.
El último partido que vio Miguel Russo
El domingo anterior a su fallecimiento, Russo reunió sus últimas fuerzas para encender el televisor y ver a Boca enfrentar a Newell’s Old Boys por el Torneo Clausura. Como un hincha más, celebró eufórico la goleada 5-0 que dejó a su equipo en lo más alto de la tabla de la Zona A.
Su sonrisa y entusiasmo en esa tarde contagiaron a quienes lo rodeaban. “Mi cabeza se dispara detrás de una pelota”, había dicho alguna vez en 2023, cuando dirigía a Rosario Central. Esa frase cobró fuerza en sus últimos días, cuando el fútbol volvió a ser su refugio.
La última voluntad de Russo: morir con la camiseta de Boca
El punto final de su vida llegó mientras vestía la ropa de Boca Juniors, cumpliendo así su último deseo. Para Miguel Russo no había separación entre su vida personal y el fútbol. Eligió despedirse de este mundo con el escudo en el pecho, como técnico y como símbolo de un club que lo abrazó hasta el final.
Su muerte no solo entristeció al fútbol argentino. También generó una profunda conmoción en Millonarios Fútbol Club, donde dejó un legado imborrable tras ganar la Liga 2017 y la Superliga 2018.
Homenaje familiar y un adiós en varios estadios
En entrevistas con Cadena 3 y Radio Mitre, Gonzalo Belloso, presidente de Rosario Central, reveló que la familia de Russo planea repartir sus cenizas en varios lugares significativos de su vida futbolística. Uno de ellos será el Gigante de Arroyito, donde se formó como jugador y entrenador.
“La familia quiere hacer algo ahí con sus cenizas. Pondremos la casa abierta de par en par para que vuelva Miguel para que todos lo podamos despedir ese sábado como se lo merece”, contó Belloso.
Pero no será el único homenaje. La familia también contempla depositar parte de sus cenizas en otros clubes que marcaron su historia. Y Millonarios podría ser uno de ellos, por lo que representó en su carrera internacional.
El legado que dejó Miguel Russo en Millonarios
Miguel Russo llegó a Bogotá en 2017 y en menos de un año devolvió la gloria a Millonarios. Bajo su conducción, el club conquistó la estrella 15 frente a su clásico rival Independiente Santa Fe y, meses después, la Superliga contra Atlético Nacional.
Más allá de los títulos, su paso dejó frases que se transformaron en símbolo para la hinchada. “Todo se cura con amor”, dijo tras superar su tratamiento médico y volver a dirigir. Esa frase quedó grabada para siempre en la memoria azul y blanca, como una declaración de principios.
Un adiós que trasciende camisetas
La despedida de Russo ha logrado algo que muy pocos consiguen: unir a hinchas de distintos equipos bajo un mismo sentimiento. Desde Rosario hasta Buenos Aires, pasando por Bogotá, su figura trasciende colores y fronteras.
En Argentina, su velorio y homenajes convocan a simpatizantes de todos los clubes. Y en Colombia, Millonarios y su hinchada preparan su propio homenaje para recordar a un hombre que les devolvió la ilusión.
Un legado eterno gracias a Miguel Ángel Russo
Miguel Russo no fue solo un entrenador exitoso. Fue un hombre que llevó su pasión hasta el último aliento. Vivió y murió con el fútbol como motor, con una camiseta puesta y con el respeto unánime de sus colegas y de la gente. Su historia, entre Argentina, Colombia y otros varios países, queda escrita en letras doradas. Y en el corazón de los hinchas de Millonarios, su nombre estará siempre asociado a noches gloriosas, a trabajo silencioso y a una frase que ya es eterna: “Todo se cura con amor”.