El volante colombiano James Rodríguez tuvo un partido aceptable en el derbi contra el Liverpool. Su balance, a continuación.
Liverpool lo sabía. De hecho, los rivales que enfrenta el Everton ya tienen apuntado en su listado de objetivos contrarrestar el juego de James. Los Reds le hicieron la vida imposible desde el pitazo inicial. Le daban el balón y de inmediato la marca asfixiante de los jugadores más próximos al lugar donde recibía.
Entendió James, bajo un ambiente tan hostil, que la solución era jugar más simple. Rápido. Balón que llegaba a sus pies ya tenía un nuevo destino. “Toco y voy”. Además, cambió con frecuencia de banda y cuando le dieron chance, mostró destellos. Uno, muy importante, fue el centro en la jugada de tiro de esquina, con la cual nació el gol del empate 1 – 1.
Durante el segundo tiempo James Rodríguez tuvo más margen de maniobra. Cuando se lo permitieron, el colombiano hizo trizas la marca adversaria con sus cambios de orientación. Y si no, la solución sencilla, jugar con el compañero más próximo. El pase seguro, ya que cualquier error propiciaba un ataque feroz de un Liverpool especialista en capitalizar los fallos de sus rivales.
+ Asistencia de James Rodríguez en el derbi contra Liverpool
El derbi se jugó con intensidad y a su manera el Everton equilibró las cargas, no solo desde el resultado. Tomó precauciones en la forma de asegurar el balón y con destellos veloces salpicó de peligro la resistencia del Liverpool.
Otro detalle importante fue la intención de permanecer más tiempo en campo contrario. James fue influyente allí. Balón que le daban lo aprovechaba como si fuese un tesoro puro. Un centro en el mejor de los casos, con comba y al segundo palo. El manjar para cualquier delantero. O un remate de zurda, sorpresivo, como el que hizo en el minuto 63 y que con dificultad atajó el portero Adrian.
Creció en su juego y cuando eso pasa, Everton crece. El derbi tuvo las mejores sensaciones para el plantel de Godison Park durante el periodo complementario. Puso condiciones y a su manera maniató al actual campeón de la Premier League.
Lo hacían bien los jugadores de los Toffees hasta la acción que desequilibró nuevamente el derbi. Lamentablemente, comprometido Yerry Mina, quien dejó un rebote suelto, justo para que el balón llegara a los pies de Salah. Nada menos que el goleador del Liverpool, autor del segundo tanto en favor del plantel dirigido por Jürgen Klopp.
Everton también demuestra que en la adversidad crece. Máxime si cuenta en su plantilla con un goleador como Dominic Calvert-Lewin, de impresionante salto al momento de convertir con un frentazo imponente el tanto de la paridad a dos goles.
Everton 2 – 2 Liverpool
